La tormenta destroza 4.100 hectáreas de cereal en La Rioja Alta e incrementa el temor al mildiu
Agroseguro estima que ha sido el peor siniestro meteorológico del año en La Rioja con al menos 5.400 hectáreas afectadas y los agricultores de las comarcas de Haro y Santo Domingo coinciden en afirmar que fue algo «espectacular», con bolas de granizo del tamaño de pelotas de golf
La tormenta del pasado martes dañó, sobre todo, a los cultivos de La Rioja Alta. El guisante, el trigo, la cebada, la colza, la ... remolacha, la zanahoria y también la viña fueron los más afectados, sobre todo en las comarcas de Haro y Santo Domingo de la Calzada. Según Agroseguro, esta ha sido la que mayor superficie siniestrada ha ocasionado este año en La Rioja, con al menos 5.400 hectáreas afectadas registradas hasta el momento. De ellas, la mayor parte, 4.100, son de cereal, otras 200 de viña, de momento, que se estima sean cientos más, y el resto de legumbres y hortalizas. Esto supone un total de 16.600 hectáreas siniestradas por fenómenos tormentosos durante el 2025, de las cuales 11.500 se han producido en junio.
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Esta ha sido la segunda tormenta importante del mes de junio, tras la del día 11. En Santo Domingo de la Calzada el guisante ya estaba prácticamente cosechado, la granizada causó más daño pueblos vecinos, como Bañares y Hervías, donde se esperaba cosechar esta semana. En el Bajo Najerilla tal vez no hubo excesiva afección en la viña pero los viticultores temen el mildiu por la humedad propiciada por la lluvia. Y en Haro la zona de Villalba de Rioja parece la más afectada, sobre todo en la viña.
«Ha sido una tormenta muy importante, el granizo era como pelotas de golf. Siempre sufrimos tormentas pero como esta hacía años que no había», reconoce Borja García Baquero, agricultor de Zarratón. La unión de tres factores como el agua, el granizo y el viento la hicieron especialmente dañina. «Lo deja todo destrozado», añade el agricultor. En este municipio el mayor problema ha sido el guisante, cuya recolecta era inminente, y el grano del cereal ha caído al suelo. «El seguro tarda varios días en venir a valorar, así que estamos intentando con Asaja que los peritos vengan cuanto antes porque, si no, va a estar peor, con el calor y la humedad se pudre», añade.
Cuanto antes cosechen, mayor producción salvarán, mientras que, si tardan en hacerlo por esperar al seguro, más se perderá. «El cereal y la remolacha pueden esperar porque se recogen más tarde pero el guisante no, y ya se ha podido perder el 60%», indica el agricultor, quien calcula la pérdida en el cereal en un 50%. Otro problema añadido es qué hacer con el terreno de cultivo afectado. «Tras el guisante plantamos judía verde y, si no se recoge, hay que labrar para que vuelva a nacer porque no se puede juntar. La menestra se hace de otra manera, no en el campo», ironiza García Baquero.
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Tanto ARAG-Asaja como UAGR informan de que ya han transmitido a Agroseguro que la situación «es muy urgente, no puede esperar», a fin de que se periten los daños en los cultivos cuanto antes para minimizar las pérdidas. «La evaluación de daños se realizará con la mayor celeridad posible porque los peritos de Agroseguro (20) se encuentran en el campo desde hace semanas trabajando a pleno rendimiento tras las sucesivas tormentas que se registran en La Rioja desde mayo», indica Agroseguro. UAGR informa de partes de siniestro por tormenta en todos los pueblos entre Grañón y San Asensio, con cultivos afectados como guisante, cereal, pimiento, alubia, colza... y alerta de que en muchos municipios en los que no hubo pedrisco sí cayó mucha agua, por lo que «será más difícil aún de controlar los focos de mildiu que afectan al viñedo», motivo por el que reivindica una vez más la contingencia.
Desde la cooperativa agraria Garu, en Bañares, el gerente, José Andrés Moneo, enmarca la zona afectada desde Villar de Torre a Casalarreina, pasando por Grañón, San Torcuato, Baños de Rioja, Castañares y Casalarreina. «Aún tienen que venir los peritos para valorar pero lo más afectado es el guisante verde, la alubia y el cereal, que estaban sin recoger, porque ahora está todo el cultivo en el campo, así que los daños han sido importantes», especifica el gerente de Garu. Por otra parte, Eduardo Bravo, agricultor de Garu, estima el daño en la localidad en un 18% pero de hasta un 90% en Bañares, sobre todo en zanahorias y patatas. «El granizo ha afectado al cotiledón, que es la planta de la patata, que crece bajo tierra», describe Eduardo Bravo.
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«La tormenta fue muy violenta, con mucho aire. Pocas veces he visto una tormenta así. Ha apedreado mucho el cultivo, sobre todo la colza y la cebada, no tanto el trigo porque va en cápsula y está más protegido», describe Miguel Capellán, agricultor de Hervías. La intensidad fue grande, con bolas de granizo de 3 centímetros. «La cosecha de guisante está ya muy avanzada e íbamos a empezar con el trigo, la colza y la cebada», explica Capellán. El agricultor de Hervías declara que tiene seguro y, en ese sentido, no está excesivamente preocupado pero aclara que «el agricultor lo que quiere es cosechar». En Hervías se estiman mermas de hasta el 15% en la cosecha.
«Ha afectado al cotiledón»
Desde la cooperativa agraria Garu, en Bañares, el gerente, José Andrés Moneo, enmarca la zona afectada desde Villar de Torre a Casalarreina, pasando por San Torcuato, Baños de Rioja, Castañares y Casalarreina. «Aún tienen que venir los peritos para valorar pero lo más afectado es el guisante verde, la alubia y el cereal, que estaban sin recoger, porque ahora está todo el cultivo en el campo, así que los daños han sido importantes», especifica Moneo. Por otra parte, Eduardo Bravo, agricultor de Garu, estima el daño en Santo Domingo es de un 18% pero de hasta un 90% en Bañares, sobre todo en zanahorias y patatas. «El granizo ha afectado al cotiledón, que es la planta de la patata, que crece bajo tierra», describe Bravo.
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Eduardo Hernaiz, de la bodega Finca La Emperatriz de Baños de Rioja, estima que la granizada ha podido reducir la producción un 50%. «No ha sido tan espectacular como en Hornos de Moncalvillo, donde la anterior tormenta machacó nuestros viñedos, pero esta también nos ha afectado y se junta todo. Ya llevamos ocho tratamientos porque todos los días llueve. Ayer, 35 litros», expone Hernaiz. Esta nueva tormenta provocó la fractura de pámpanos, así que la cosecha se prevé corta. El miedo permanece y se centra en el mildiu.
Alberto Pedrajo, de la bodega Alonso & Pedrajo de Villalba, informa de que en el pueblo cayeron 40 litros de agua en apenas media hora, con granizo del tamaño de garbanzos, así que estima los daños en el viñedo entre el 5 y el 20%. «Ha resultado menos de lo esperado porque fue espectacular, el cielo se puso negro y cayó con mucha intensidad. Yo nunca he visto caer agua así», reconoce Pedrajo, y señala que el daño ha sido tanto por la piedra como por el viento y el exceso de agua.
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En Villamediana, la agricultora María Balda reconoce que en la zona cayó mucha agua y hubo mucho aire, pero, de momento, no se han detectado afecciones importantes. «Ha habido más daños por el viento que por el granizo. Aquí la colza ya se ha recogido, ha podido afectar más a la avena y a la viña en vaso», describe Balda. En otras localidades del área metropolitana de Logroño, como Fuenmayor y Agoncillo, no se registraron daños de relevancia y más por el agua o el viento que por el granizo.
Virgilio Ochagavía, gerente de la Cooperativa de Albelda, reconoce que en la zona cayó granizo y ha dejado algún rastro pero «no le damos más importancia». «Tenemos más temor por cualquier tipo de herida, que aumenta el riesgo de fuego bacteriano», explica Ochagavía. El fuego bacteriano, en el Bajo Iregua, afecta sobre todo a la pera pero en La Rioja Baja también a la manzana. De nuevo la fruta en el valle del Iregua, al margen de la pera y la viña, ha salido bastante exenta de daños, como en la anterior tormenta importante de junio.
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En Nalda se llegaron a registrar 13 litros, en Sojuela 15, y hubo mucho aire pero no se han registrado daños significativos. La zona del Moncalvillo más afectada en la tormenta del 11 de junio ha resultado ilesa esta vez, para alivio de los viticultores y fruticultores, si bien, como aclara el alcalde de Hornos, allí ya había parcelas arrasadas al 100%.
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