Camiones pequeños transitan a la altura de Agoncillo por la N-232, bajo el anuncio de prohibición de que los vehículos de cuatro o más ejes circulen por ella. SONIA TERCERO

Tres muertes en dos meses rompen con la reducción de la siniestralidad de la N-232

Los accidentes han disminuido tras el desvío de los camiones a la AP-68, pero viven un repunte desde el pasado año

Sergio Martínez

Logroño

Domingo, 5 de marzo 2023

La imagen que en un tiempo fue costumbre, la de los camiones atestando la N-232, se difumina más de un lustro después de ... que los vehículos pesados, de cuatro o más ejes, fuesen desviados a la autopista a su paso por La Rioja. Una medida que se tomó en aras de la seguridad vial y de una menor siniestralidad, y que, los datos avalan, ha reducido en los últimos años el número de accidentes y víctimas. Sin embargo, los meses recientes están haciendo rememorar los peores años de la N-232, en los que la carretera llenaba funestos titulares. Tres muertes desde diciembre devuelven el frecuente luto a la arteria más peligrosa de la región, que desde 2000 se ha cobrado más de doscientas vidas.

Publicidad

Una vecina de Medrano de 40 años fallecía el pasado 23 de febrero en el cruce con Arrúbal, en Agoncillo, convirtiéndose en la última víctima de la N-232. Su coche fue embestido por un camión que circulaba tras ella. Un mes antes, el 20 de enero, un hombre de 57 años moría después de estrellarse su vehículo con otro camión, a la altura de Pradejón. En estos dos accidentes, los camiones implicados sí podían circular por la vía, al ser de menos de cuatro ejes. Otro de esos capítulos más tristes de la carretera nacional, los relativos a los menores que han perdido la vida en ella, llegó en la víspera de Nochebuena, cuando una niña de 11 años, vecina de Alcanadre, fallecía en una colisión múltiple a la altura de Arrúbal.

PASO DE CAMIONES

  • 794 camiones al día pasaron en 2021 por la N-232 a la altura de Pradejón En 2017 eran 3.796 diarios.

  • 3.351 camiones discurrían al día en 2021 por la AP-68 a la altura de Calahorra En 2017 fueron 732 diarios.

En dos meses, tres accidentes mortales, tres víctimas. Cifras que hacen llevar la vista atrás hacia esos tiempos en los que la sociedad riojana clamaba por una solución para la N-232, especialmente entre las localidades más afectadas, las de La Rioja Baja. No era para menos. La región entró en el siglo XXI con un año trágico en el que la nacional acumuló 25 fallecidos. No mucho después, acumuló un bienio (2004-2005) con 40 muertos en total. Siempre son demasiados, incluso la única víctima del 2012 y 2014, antes de que los accidentes mortales volviesen a ser tristemente habituales, con 13 fallecidos en 2017, el último año en el que los camiones circularon por la carretera.

El debate ciudadano y político exigía soluciones. La reclamada liberalización de la AP-68 no pudo ser una opción después de que el gobierno de José María Aznar prorrogase en 2000 la concesión a Avasa hasta el año 2026. El cambio de paradigma llegó el 2 de diciembre de 2017.

Publicidad

Desde ese día, los vehículos pesados de cuatro o más ejes no podían circular por la N-232 entre Zambrana y Tudela, sino que tenían que desviarse obligatoriamente a la AP-68, recibiendo una bonificación del 75% en los gastos de peajes. Nuevas reglas con el claro objetivo de reducir el número de accidentes y víctimas en la nacional al retirar a los grandes vehículos de su circulación.

3.000 camiones menos

Hubo rifirrafe judicial. Atradis Rioja reconoció que «mejoraría la seguridad vial», pero la Confederación de Empresas de Transporte de Mercancías (CETM) reclamó, y pese a alguna victoria inicial, no logró cambiar esa nueva realidad. Sí que se incluyeron después algunas excepciones en la normativa, por la que estos camiones pueden salir a circular por la N-232 bajo ciertas circunstancias: acceso a un punto de entrega o recogida de mercancías, pernoctas y otros descansos, paradas para comer, reparaciones y mantenimiento del vehículo, repostaje... La condición, que el camión debía salir en el peaje más cercano y regresar a la autopista por el mismo punto, en vez de seguir al siguiente por la nacional.

Publicidad

La medida provocó una drástica reducción del tránsito de vehículos pesados por la vía. Según los datos de Red de Carreteras del Estado, en el año 2017, por el punto kilométrico 367 de la N-232, en Pradejón, circularon 3.796 vehículos pesados –cataloga así los de más de 25 toneladas, que engloba también a los de menos de cuatro ejes–. Al año siguiente, con la prohibición en vigor, pasaron a ser 761 al día. Más de tres mil menos circulaban por ese punto de la nacional, cifra que se mantiene similar en datos de 2021, los más actuales, y en otros puntos de la región: en Agoncillo pasaron de 3.044 a 996. Las cifras inversas se observan en la autopista, que pasó en Calahorra de tener un volumen de 732 a 3.300 camiones al día, y de suponer el 7% de los vehículos de la vía al 31,7%.

Mientras, otros números, los de siniestralidad, confirman que el desvío de los grandes vehículos ha reducido el número de accidentes con víctimas en la N-232. En 2017, el último por el que pasaron los camiones, la nacional contabilizó 104 víctimas –13 fallecidos, 16 heridos graves y 75 leves–. Al año siguiente, con veinte accidentes menos, las víctimas pasaron a ser 62 –2 fallecidos, 5 heridos graves y 55 leves–. Las cifras de siniestralidad han sido parejas en el último lustro, si bien en 2022 se produjo un claro repunte, con el que el número de accidentes recuerdan al tiempo en el que los camiones recorrían la nacional, aunque con menos víctimas mortales (3) y heridos (73).

Publicidad

Sin fallecidos en 2021

Desde que se decretó el desvío obligatorio han sido 20 las personas que han perdido la vida en la N-232, destacando un aciago 2019, en el que ocho personas fallecieron en siete accidentes, y un 2021 en el que no hubo víctimas mortales en la nacional por primera vez desde que la memoria y la estadística recuerdan. La buena tendencia general marcada parece haber encontrado un desgraciado punto de inflexión, y aunque en 2023 solo se han registrado por ahora seis accidentes en la N-232, dos de ellos se han cobrado sendas víctimas, que se suman en un corto espacio de tiempo a la fallecida en diciembre.

Beatriz Zúñiga, jefa provincial de Tráfico de La Rioja, subraya su «preocupación por el aumento de la velocidad entre los conductores» en la nacional. «Hacemos campañas de vigilancia porque estamos viendo que es una de las causas principales para estos accidentes», señala, y es que la ausencia de camiones puede ser un motivo para la relajación en los últimos tiempos, pero nunca se debe perder el respeto a la carretera, y menos a la N-232.

Publicidad

Más de cinco años después de que los vehículos pesados saliesen de la nacional, Zúñiga hace balance y defiende una medida que no sentó bien en el sector del transporte: «Está claro que no todos los accidentes eran culpa de los camiones, pero en caso de colisión las consecuencias no son las mismas. Además, por la menor velocidad, afectaba muchísimo a la circulación y el tráfico sin duda se ha reducido. La siniestralidad ha bajado muchísimo y prueba de ello es que el Tribunal Supremo lo avaló. Es una medida muy importante». Por otra parte, la jefa provincial de Tráfico señala que desde la salida de los camiones de la N-232 se ha seguido trabajando en otras cuestiones como cruces inteligentes o líneas continuas para evitar adelantamientos, que contribuyan también a reducir esos trágicos números al mínimo.

Tristemente, el luto en las carreteras riojanas vuelve a ser actualidad, con un aciago 2023 que ha comenzado con cinco fallecidos, tres de ellos en la N-111 y dos en la N-232. Noticias que no quieren volver a ser costumbre en las páginas del periódico sino en cuestiones de hemeroteca.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad