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La sierra, entre dos luces
'Pasea La Rioja' invita a descubrir de una forma diferente lugares emblemáticos de la naturaleza regional
LAURA MERINO | i. m.
Martes, 2 de agosto 2022, 19:39
Si te gusta el senderismo y la montaña, las marchas nocturnas, descubrir nuevos lugares, las actividades en compañía y las rutas por los diferentes espacios ... naturales sin tener que irte al otro lado de la península, el programa de educación ambiental al aire libre 'Pasea La Rioja' se ajusta a la perfección a lo que buscas.
El pasado sábado, un grupo de 25 personas junto a Juan San Martín, educador ambiental, y José Luis Rubio, director general de Biodiversidad de la Consejería de Sostenibilidad y Transición Ecológica, encabezaron una marcha a través de uno de los lugares más emblemáticos de La Rioja, el Parque Natural de Sierra Cebollera.
Bajo el título 'Una marcha nocturna por La Pineda', los apasionados de la montaña se adentraron en un recorrido circular de 8 kilómetros entre hayas, pinos y retamas. El principal objetivo era caminar por la finca forestal de La Pineda, una de las zonas menos conocidas del parque y disfrutar del espacio en el que se encontraban.
Todo empezó con varias subidas, donde en ocasiones beber agua y tomar aire eran paradas obligatorias. De esta forma, pudieron aprender sobre la naturaleza que les rodeaba gracias a Juan San Martín, que aprovechaba para aportar alguna explicación. Además, también se conseguía que todo el grupo estuviera unido, sin dejar atrás a los más rezagados, ni que los más rápidos se adelantaran demasiado. Tras una larga caminata cuesta arriba, los participantes por fin vislumbraron una explanada que casi llegaba a la cumbre, donde les esperaban unas vistas espectaculares.
Todavía quedaba un poco más de subida para llegar a la cima, pero una vez alcanzada, el esfuerzo mereció la pena. El cansancio desapareció al encontrarse con una indescriptible puesta de sol ante sus ojos. Esta parada tuvo una duración más larga, ya que también se aprovechó para cenar.
De nuevo, se pusieron en marcha cuando el sol ya se había puesto y lo único que quedaba era la bajada. Algo que se agradeció a medias: por un lado, el esfuerzo era menor, pero entre las piñas y las piedras caerse también era mucho más fácil. Durante el descenso tuvieron la oportunidad de ver cómo caía un meteoro, tan cerca que parecía haber chocado contra la Tierra. Incluso la estela que dejó a su paso tardó en desaparecer.
Llegó un punto en el que solo se apreciaba oscuridad y fue inevitable sacar las linternas que cada uno llevaba en su mochila. Y antes de finalizar el circuito se vivió un momento inolvidable: en un pequeño prado se pudo observar en silencio un gran cielo estrellado.
«Algo diferente»
Judith Galilea decidió apuntarse porque visitar los montes al anochecer y caminar de noche por ellos le parecía «algo diferente» a lo que hace habitualmente. Explicaba que no es la única actividad que ha realizado: «También he hecho deportes de aventura como escalada, puenting, rappel y descenso de barrancos, entre otros, pero en ninguna había compartido una cena teniendo delante un atardecer tan increíble para después descender el monte y atravesar un bosque de noche».
«Fue una actividad interesante, divertida y estupenda, en la que pudimos conocer el entorno, aprender sobre nuestras costumbres y nuestro patrimonio natural gracias al guía», detallaba emocionada. «Además, para terminar nos sorprendieron con una experiencia inolvidable en la que pudimos disfrutar de las estrellas en un paraje excepcional», concluía Judith.
Este tipo de actividades las impulsa la Dirección General de Biodiversidad del Gobierno de La Rioja en colaboración con varios ayuntamientos. Algunos de los principales objetivos son la conservación de la naturaleza, la educación ambiental y el desarrollo económico y sostenible de las zonas rurales de la comunidad.
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