La Rioja culmina con éxito su primera donación cardiaca en asistolia
El procedimiento, de gran complejidad, consiste en extraer los órganos del donante mientras se mantiene la circulación sanguínea con medios mecánicos
Grandes resultados en la donación y los trasplantes de órganos en La Rioja en el pasado 2024. Un año más la región vuelve a situarse por encima de la media nacional alcanzando una tasa de 56,3 donantes de órganos por millón de habitantes, superando en casi cuatro puntos la cifra estatal (52,6). Estos resultados «muy satisfactorios», a juicio del coordinador de trasplantes en La Rioja, Fernando Martínez Soba, resaltan los valores de altruismo, generosidad y solidaridad que atesoran los riojanos y que hacen posible que en el pasado ejercicio se hayan obtenido 40 órganos (34 riñones, 5 hígados y un corazón), viables para otros tantos trasplantes.
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18 donantes de 40 órganos
registró La Rioja en 2024: 34 riñones, 5 hígados y un corazón.
56,3 donantes
por cada millón de habitantes es la tasa riojana.
312 trasplantes
realizados en La Rioja: 19 renales, 18 autólogos de médula ósea, 6 de córnea, 12 de membrana amniótica y 257 de tejido osteotendinoso.
Estos procedimientos, ya habituales en el Sistema Riojano de Salud, revisten de una enorme complejidad dada la imprescindible coordinación y sincronización de los equipos implicados, amén del acompañamiento emocional a las familias de los donantes. Sin embargo, este año, por primera vez La Rioja ha protagonizado un hito en materia de trasplantes, un procedimiento considerado como uno de los más complejos que existen desde el punto de vista médico: una donación cardiaca de un paciente en asistolia.
Como muestra de su dificultad técnica, Martínez Soba especifica que si una extracción 'normal' requiere la presencia de entre catorce y dieciséis profesionales implicados, el inédito procedimiento contó con la presencia simultánea de veintiocho especialistas en el quirófano. La operación, de la que no se puede desvelar la fecha para resguardar la privacidad de las personas involucradas, se realizó en asistolia del paciente, es decir, una vez se certifica la muerte del donante por una parada cardiaca irreversible, en lugar de la antes más habitual muerte cerebral.
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«Hay que poner el foco en los donantes, porque sin ellos no habría trasplantes»
En este caso pionero, pues solo seis países del mundo trabajan con esta técnica, explica el coordinador riojano, el equipo médico retiró las medidas de soporte vital al donante y conectó su sistema de circulación sanguínea a una bomba de perfusión extracorpórea (ECMO, oxigenación por membrana extracorpórea en inglés) para controlar minuciosamente el estado de los órganos susceptibles de la donación, incluido el corazón. Así, durante dos largas horas, al cabo de las cuales el equipo médico fue extrayendo los órganos con el sistema siempre conectado y funcionando. Este hito médico en La Rioja abre la puerta a otros procedimientos que, como señala Martínez Soba, «hace tres años eran inimaginables».
Por eso, el coordinador de trasplantes aprovecha para agradecer la generosidad de la familia de aquel donante y de todas las que adoptan una decisión tan difícil en un momento tan doloroso como el fallecimiento de un ser querido. «Si no fuera por los donantes, que desean que el final de su vida tenga un componente de ayuda, y por sus familias, no habría trasplantes», pondera Martínez de Soba.
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