La Rioja afronta la recta final de los fondos europeos tras ejecutar 103 millones en 2025
El plan de recuperación poscovid finaliza en 2026 con proyectos en ejecución y otros todavía pendientes
Hay que remontarse a julio de 2020 para recordar, tras duras negociaciones, la decisión extraordinaria de la Unión Europea de crear unos fondos millonarios ... con los que reconstruir un continente ahogado por las repercusiones del coronavirus. Nunca antes se habían movilizado tantos recursos que tenían como objetivo dinamizar la economía y afrontar los retos de futuro de los 27. Así nació el programa Next Generation con su Mecanismo para la Recuperación y Resiliencia (MMR) y el fondo REACT-UE como patas principales para regar Europa con 750.000 millones.
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Esas inversiones tenían una fecha límite (aunque con algunos matices, según la variada tipología de los casos). Para el 31 de agosto de 2026 todos los proyectos financiados deben estar ejecutados o presentados. Si no, no habrá financiación.
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Quedan nueve meses para ese día y la maquinaria que nunca ha dejado de moverse apura los plazos. «Es un continuo esprint para cumplir con los hitos exigidos», sintetiza Jesús Ángel Garrido, director general de Fondos y Relaciones con la Unión Europea.
Esa sensación de premura se vivió desde un principio, lo que llevó al Gobierno de España a diseñar unas medidas urgentes que permitiesen la simplificación administrativa y dotasen de mayor agilidad los procesos y la contratación. También La Rioja reguló a este respecto en 2023 porque «había preocupación por cumplir los compromisos que dictaba el Gobierno», abunda Garrido.
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Los fondos iban llegando con proyectos diseñados por el Ejecutivo de Concha Andreu y, posteriormente, con adendas del de Gonzalo Capellán porque los planes son entes vivos y adaptables dentro de unos grandes marcos generales diseñados por Europa y los gobiernos nacionales.
De arriba abajo sigue corriendo un caudal que ve cercana su desembocadura. Hay que tener claro que en los fondos es diferente autorizar (poco más que consignar el dinero para un proyecto), licitar (poner en marcha) y pagar. Y también que existen fondos para administraciones, empresas o autónomos. Por ejemplo, el Estado también ha invertido en La Rioja: la variante de Rincón de Soto, el Perte del agua, equipamientos sanitarios, rehabilitación de patrimonio... son algunos de esos millonarios ejemplos.
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En lo que respecta al maná que gestiona el Ejecutivo regional, en los once primeros meses de este año, La Rioja ha logrado movilizar 91,5 millones de euros, licitar 109 y ejecutar 103 millones gracias a grandes proyectos como el de Nueva Economía de la Lengua, las ayudas a empresas de base tecnológica o los sistemas de inteligencia turística. «Hasta que no se acabe el año no sabremos exactamente cuáles son las cifras», explica Garrido. El año pasado se movilizaron 160 millones. La reducción anual se debe a que muchos de los programas ya están ejecutándose o ejecutados. «Puede bajar lo movilizado, pero sube el importe de lo licitado», añade el director general, que asegura que este 2025 ha sido «un año de un impulso considerable».
Y en 2026 queda todavía camino por recorrer. «Hay proyectos que están entrando como San Millán, la sala Gonzalo de Berceo, varias vías verdes, la digitalización y la inteligencia artificial en el ámbito agrario... que se contabilizarán el próximo año», reseña. «Nuestra obligación es la de seguir empujando para aprovechar los fondos», abunda.
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Garrido se muestra cauto a la hora de dar una cifra concreta de qué porcentaje de fondos comprometidos van a ejecutarse. «Será en agosto de 2026 cuando se pueda hacer esa valoración con certeza. Ahí tendremos los datos reales», insiste mientras recuerda que, por ejemplo, La Rioja está aprovechando las cantidades que han sobrado de licitaciones (un proyecto puede salir a ejecución por un millón, por ejemplo, pero la empresa puede ganar el concurso con una oferta de 800.000) para otras iniciativas. «El objetivo es que no se pierda nada», dice. Porque ese dinero no volverá.
Un 68,9%, según el Estado
El Gobierno central, a través de la plataforma Elisa, atribuye al Ejecutivo regional una tasa de resolución del 68,9%, con lo que quedaría casi un tercio de los fondos por materializarse, aunque Garrido matiza. «No coincide con nuestros datos. Hacen hincapié en fondos adjudicados y convocados, pero no cuentan los no convocados. Tampoco miden el gasto corriente que es necesario realizar, por ejemplo, en educación no computa los gastos de personal... Hay que esperar para la evaluación. A final de año sabremos algún dato más y en agosto de 2026 estará todo más claro», repone.
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A la espera de ese examen final que permitirá determinar el aprovechamiento de esta herramienta única y extraordinaria, lo que está claro es que los fondos han resultado determinantes para el actual desarrollo económico. En La Rioja y gestionados por el Ejecutivo quedarán para la próxima generación hitos como la nueva planta de selección de envases en el Ecoparque, a la que se han destinado casi 16 millones de euros; el proyecto de Nueva Economía de la Lengua (12 millones); una residencia de mayores en Torrecilla (10) u otras grandes obras en materia de vivienda o educación. Solo los diez proyectos más grandes con fondos europeos gestionados por el Gobierno regional superan los 70 millones de euros.
Jesús Ángel Garrido Director general de Fondos y Relaciones con la Unión Europea
«El dinero se ha empleado bien y con cabeza»
Desde Bruselas, Jesús Ángel Garrido se muestra contundente cuando se le pregunta sobre el uso de los fondos de recuperación: «El dinero se ha empleado bien y con cabeza». Para lograrlo, ha habido que superar muchos inconvenientes, algunos propios de la Administración, como los temporales. «La Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación cifró el tiempo medio para contratar en España en 148 días. Si, por ejemplo, optar a un fondo europeo requiere varios tipos de contrato, lo que es habitual, estamos hablando de 290 días», argumenta. «Cuando existe un límite temporal claro, toca agudizar el ingenio para poder aprovechar los fondos», añade. E insiste en que eso se ha hecho desde La Rioja, aunque en ocasiones han echado de menos «flexibilidad por parte del Estado». «Si lo importante era llegar a los fondos y cumplir los objetivos, se podía haber buscado un enfoque más finalista de los fondos MMR», recuerda.
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Y las administraciones, además del citado problema de plazos, se han encontrado con otro inesperado: «En ocasiones las empresas no dan abasto. Nos pasa a ministerios, gobiernos, ayuntamientos... Los que aspiran a una licitación priorizan a qué presentarse porque hay tanto trabajo que no pueden llegar a todo».
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