Paneles solares, un superordenador y hasta un dinosaurio por la vía urgente
La contratación pública acelera al máximo para llegar a la financiación europea
Las administraciones son, en esencia, lentas. Los procesos garantistas, las exposiciones públicas, los recursos... acarrean plazos que se dilatan. Del anuncio a la ejecución pueden pasar meses o incluso años. Para remediarlo existen los procedimientos urgentes, que para los tiempos habituales de una empresa privada resultan incluso cachazudos, pero que para las instituciones son como el AVE.
En las últimas semanas, no es raro encontrarse con procedimientos de contratación que nacen ya con el apremio de lo urgente. En todos los casos la razón de esas prisas es la necesidad de cumplir los plazos para optar a los fondos europeos. No hay dilaciones para asuntos de lo más variado.
Por ejemplo, el Laboratorio Regional necesita un equipo de espectrometría de emisión atómica por plasma de acoplamiento inductivo para analizar aguas, suelos, lodos... y el expediente deja claro que la contratación tiene que ser «urgente dado que se trata de un contrato cofinanciado por el programa Agroalnext, que debe estar ejecutado antes del 31 de diciembre de 2025. Esto implica agilizar al máximo la tramitación y ejecución del contrato, con el fin de cumplir los hitos comprometidos en este fondo Next Generation».
Pero La Rioja también requiere de un superordenador para TechRioja. En este caso, después de quedar desierto el primer concurso porque ninguna empresa presentó ofertas y ya contra reloj, el Ejecutivo volvió a licitar un proyecto de 2,4 millones por vía urgente ya que «los plazos de la tramitación ordinaria implicarían un inicio de la ejecución contractual que supondría incumplir el plazo máximo previsto», que se cierra en el verano de 2026. Así que otra vez al esprint.
La diligencia se impone en asuntos que parecerían más dados al habitual trantrán administrativo. La Consejería de Agricultura busca el «desarrollo económico sostenible» de la Reserva de la Biosfera de los valles del Leza, Jubera, Cidacos y Alhama aprovechando uno de sus grandes recursos: las icnitas. Tras el sonado descubrimiento de restos del denominado 'Riojavenatrix lacustris', el Ayuntamiento de Igea vio la necesidad de realizar una réplica del dinosaurio para instalarla en el acceso del Centro Paleontológico de La Rioja. Sesenta y seis millones de años después, día arriba día abajo, de la extinción de los dinosaurios, la licitación de esa réplica, con un presupuesto estimado de 78.000 euros, salía por vía urgente «dada la necesidad de financiar el presente contrato dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, financiado por la Unión Europea- Next Generation EU».
También para cubrir de placas solares un puñado de centros de salud (Espartero, Siete Infantes, Cascajos, Santo Domingo y Alfaro) ha habido que tirar de diligencia administrativa. El proyecto, estimado en 330.000 euros, justifica su urgencia «por razones de interés público vinculadas a la ejecución de fondos finalistas con plazo determinado». La dotación viene del Ministerio de Salud que «establece una fecha límite (31 de diciembre de 2025) para la certificación de la obra, la justificación del gasto o la formalización de los compromisos contractuales». Si no se llega, no se cobra. Y nadie quiere renunciar a las últimas gotas de un maná postpandémico cuyo grifo está a punto de cerrarse.
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