Raúl Martínez, en una zona de esparcimiento en Leza, junto al río Leza. Justo Rodríguez

Leza

El alguacil, guardián de calles y memorias

Tras dejar la sumillería, Raúl Martínez acompaña a los vecinos, protege lo cotidiano y mantiene vivo el latido de Leza de Río Leza

Juan Marín del Río

Logroño

Viernes, 19 de septiembre 2025, 17:40

En Leza de Río Leza, donde la despoblación ya es una realidad, la figura del alguacil es indispensable. Raúl Martínez, que ejerce este oficio ... desde hace ocho años, lo resume así: «soy el nexo de unión del pueblo los 365 días».

Publicidad

Su labor es de lo más polivalente. Mantenimiento de calles y jardines, pequeñas reparaciones, coordinación con técnicos de distintas consejerías y apoyo social a los vecinos, la mayoría de edad avanzada. «A veces necesitan medicinas, comprar en Logroño o simplemente alguien que les dé conversación», explica. Durante la pandemia, su papel fue esencial para los vecinos de Leza. «Era el chico de los recados, desde llevar pan hasta vacunas».

Martínez defiende que esta figura no es un oficio del pasado. «Es el vigilante, el psicólogo, el que te ayuda cuando algo se rompe en casa. Es un trabajo muy social que aporta tranquilidad a los vecinos, especialmente a la gente mayor que quiere sentirse segura», afirma. Incluso recuerda casos concretos, como el de un joven con problemas de movilidad al que ayudó a conseguir una silla de ruedas para sus traslados a rehabilitación.

Más allá de su trabajo oficial, este alguacil se implica en la dinamización del pueblo. Con experiencia previa en sumillería y restauración, coordina visitas y actividades de divulgación en el Barrio de Bodegas, ayudando a poner en valor el patrimonio local. «Trato de hacer mucha divulgación sobre esta zona. Los vecinos me dicen que traigo a muchos visitantes, pero si no fuera así, no conocerían este lugar con tanto potencial», expone.

Publicidad

Hasta ahora, muchos municipios dependían de ayudas temporales que permitían contratar alguaciles solo seis meses al año. La reciente decisión del Gobierno de La Rioja de subvencionar hasta el 90% del coste de contratación durante todo el año es, según este alguacil, «un paso fundamental para mantener el pueblo en condiciones y evitar que el trabajo se acumule».

Tener un compañero sería, además, una buena noticia. «Siempre viene bien un poco de ayuda. Así puedo dedicar más tiempo a proyectos culturales y patrimoniales», señala imaginando la idea. Para él, el alguacil no solo ejecuta órdenes, sino que también mantiene vivo el pueblo y contribuye a que las nuevas generaciones quieran seguir en él.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad