La lista de espera para las residencias suma 1.150 mayores y ya supera los niveles prepandemia

«Las grandes residencias han tenido dificultades en el control de la pandemia y la letalidad y los contagios han sido elevados», admitió el consejero de Servicios Sociales, Pablo Rubio, a finales del primer año COVID, apostando al mismo tiempo por una «revisión» del modelo que alcanzara también a la atención de los mayores.

¿Qué ha cambiado tres años después, más allá de que ahora es obligatorio el uso de mascarilla en su interior? «Básicamente, seguimos trabajando en las mismas condiciones, con ciertas mejoras por supuesto y la posibilidad de sectorizar plantas, pero porque el modelo que teníamos no ha sido malo. Conviene recordar que hemos vivido una crisis sanitaria muy letal, no una crisis asistencial», responde Inés Aguado, gerente del grupo Gerontorioja, a punto de inaugurar una nueva residencia en la capital, y del que dependen las ahora en funcionamiento de La Rioja (Albelda) y Camino de Olivos en Logroño.

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La atención centrada en la persona es uno de los ejes de actuación de la nueva normativa que se quiere aplicar a nivel nacional, pero «ya se viene trabajando en esa línea hace muchos años», recuerda Celia Arpón, médico de residencia y presidenta de la Sociedad Riojana de Geriatría y Gerontología. Rubio también incide en la necesidad de que las residencias cuenten con «unidades convivenciales para que la vida en esos centros sea lo más próxima a la que puedan tener los residentes en sus domicilios. La pandemia nos enseñó que era importante». En este sentido, apuesta por un modelo de atención sociosanitaria integral «sabiendo que es fundamental ser capaces de adelantarnos a las necesidades que puedan tener nuestros mayores atendidos».

El presidente de la Asociación Riojana de Residencias de la Tercera Edad, Gabriel Gimeno, asume las «buenas intenciones» que existen detrás de este cambio de modelo pero apunta que «la realidad es la que es». «Puede resultar muy complicado reinventarse, cumplir los nuevos requisitos técnicos y arquitectónicos con inversiones que no son pequeñas y al mismo tiempo seguir siendo empresas rentables», aclara.

Porque los nuevos criterios de acreditación para las residencias de mayores también contemplan incorporar más personal en las plantillas. «La sociedad en general y todos los agentes implicados en el cuidado de estas personas con grados de dependencia, y hablo de empresas y de la administración, tenemos que ser conscientes de que hay que evolucionar hacia ese modelo y de que las inversiones económicas también han de ser superiores».

Porque la lista de espera de mayores riojanos de 65 años –68.851 personas en total, el 21,5% de la población, cuando hace tres años el porcentaje era de 18,6%– que buscan una plaza en una residencia vuelve a crecer tras lo peor de la pandemia e incluso ese dato supera al del ejercicio 2019, el último antes del COVID. Al cierre de 2022 había 1.150 inscritos, aunque algunos puedan estar ocupando una plaza privada –con lo que sí están atendidos–, pero esperan una pública. Esa cifra era de 1.080 demandantes antes de la epidemia y cayó a 657 y 951, respectivamente, en los años 2020 y 2021.

El número de plazas también ha crecido en comparación con esos años, principalmente por la apertura en junio de una residencia privada en Logroño (Camino de los Olivos) para 206 usuarios, en la que Gerontorioja invirtió 13 millones de euros. Siete millones más, en torno a veinte, prevé destinar el Gobierno de La Rioja entre el pasado ejercicio y este 2023 para aumentar el número de plazas públicas en 350, hasta alcanzar un total de 1.963, lo que representaría un incremento del 21% sobre la cifra prepandemia.

«Tenemos que ser capaces de adelantarnos a las necesidades que puedan tener nuestros mayores atendidos»

Pablo Rubio | Consejero

«Es difícil reinventarse, invertir para cumplir los requisitos y seguir siendo empresas rentables»

Gabriel Gimeno | Patronal de residencias

«Hemos vivido una crisis sanitaria, no asistencial. Puede que haya que mejorar, pero el modelo no ha sido malo»

Inés Aguado | Gerontorioja

«La atención centrada en la persona es algo que ya se viene practicando desde hace muchos años»

Celia Arpón | Sociedad de Geriatría

Es el objetivo que se ha marcado el departamento de Servicios Sociales que lidera el socialista Pablo Rubio y para ello cifra en más de 200 las plazas que ha de concertar este año. «Tenemos que hacer este esfuerzo porque debemos ser capaces de atender, en las mejores condiciones, las necesidades de los mayores y hacer frente al envejecimiento cada vez mayor de nuestra población, que también es la más dependiente», señala el consejero.

Con las 3.556 plazas se cubre la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de que haya cinco plazas de residencia por cada cien personas mayores de 65 años. Sin embargo, todavía harían falta más para acabar con esa lista de espera que puede llegar a ser de hasta cuatro años y nueve meses, según se informó en el último Consejo Sectorial de Personas Mayores.

Es el caso de la Residencia Santa Justa –con 115 plazas privadas y 41 públicas–. Pero también hay donde el ingreso puede ser inmediato, como en el centro que el Gobierno de La Rioja tiene en Lardero, o con una espera de apenas dos meses, en el caso de grandes dependientes, en la residencia también titularidad del Ejecutivo en Albelda.