El San Pedro integrará hemodiálisis en un edificio anexo de módulos prefabricados

El Servicio Riojano de Salud ya ha solicitado licencia de obra al Ayuntamiento de Logroño para acometer estos trabajos de reforma y ampliación –con un plazo de ejecución de siete meses– de un servicio que, según los últimos datos aportados por el gabinete de Andreu, atiende a 46 pacientes en el San Pedro. Con la nueva construcción el objetivo es duplicar el número de personas a las que se aplican tratamientos para sus enfermedades de riñón. En la actualidad todavía los reciben en centros externalizados, aunque el seguimiento médico así como los ingresos o la implantación y revisión de catéteres se realizan en el hospital.

Pero una vez que la Consejería de Salud recupere por completo el servicio –espera que sea una realidad en la próxima primavera–, todo el tratamiento se dará en el San Pedro así como en el Hospital de Calahorra, de donde dependen otros 38 enfermos renales. Los pacientes ganarán «en seguridad», consideran desde el Ejecutivo regional, y las arcas públicas se ahorrarán 630.000 euros al año, según los datos que aportó la presidenta Concha Andreu a finales de mayo cuando anunció el final de la externalización de Hemodiálisis.

El presupuesto del proyecto de reforma y ampliación de esta unidad asciende a 1,69 millones de euros, según la memoria presentada. El espacio asignado para la construcción del nuevo edificio modular es una parcela rectangular de alrededor de 600 metros cuadrados –la superficie que ocupa el inmueble actual es similar, de 575 metros– que en la actualidad se encuentra ajardinada con árboles de bajo porte. Un vial de uso restringido y una zona de aparcamiento para empleados rodean ese terreno.

La estructura del prefabricado será de perfiles de acero laminado en caliente y los forjados serán losas de hormigón con armado de acero. El edificio previsto tiene un periodo de servicio de 50 años y se compondrá de tres cuerpos: el primero tendrá una única planta, que comunicará con el actual centro de tratamiento de hemodiálisis, y los otros dos contarán con planta baja y primera. En ese espacio a pie de calle se ubicarán el vestíbulo, la salas de espera, recepción y administración y las zonas de tratamiento.

También el proyecto contempla la reforma integral del edificio existente, donde los trabajos comenzarán antes. En la planta sótano «no se llevan a cabo modificaciones relevantes», describe la memoria constructiva, sino que únicamente se sustituirán algunos equipos de climatización y se harán adaptaciones en aspectos como la sectorización de medidas contra incendios en las diferentes salas. Mientras que en la planta baja se hará la 'verdadera' reforma interior pero sin afectar a estructuras ni cerramientos existentes.

Las obras servirán también para recuperar la unidad de nefroagudos que sí existía en el Hospital San Millán pero no se puso en marcha en el San Pedro y ahora contará con cuatro boxes independientes y un control de enfermería para pacientes ambulatorios o ingresados. Asimismo, se potenciará la hemodiálisis peritoneal y domiciliaria –con capacidad máxima para cinco usuarios– que aporta mayor autonomía a estos enfermos renales. Los profesionales médicos destacan que con la ampliación del servicio se podrá ofrecer una mejor atención a personas que «generalmente son muy frágiles y sufren diversas patologías». En este sentido, con la remodelación de la unidad se ampliará la sala donde se aplican los tratamientos y se podrá aumentar el número de personas que reciben las terapias en sus domicilios.