Mercado exterior. Al alza pese a los desafíos

Si algo forma parte ya del ADN del tejido empresarial de La Rioja es la internacionalización, adaptación, diversificación y apertura a nuevos mercados en todo el mundo, que han permitido que las exportaciones riojanas se adentren en estos últimos veinte años en una tendencia global creciente.

La diferencia es abismal: en 2004 se exportaban 755 millones de euros y ya el pasado año, el volumen del comercio exterior ascendía a 2.383 millones. «Se han multiplicado por más de tres las cifras que teníamos en estos 20 años», resalta Florencio Nicolás, director de la Cámara de Comercio e Industria de La Rioja.

Para ello, asegura, ha sido fundamental «el cambio cultural» de las entidades, que perciben cada vez más los mercados exteriores «como un objetivo natural», así como su capacidad para internacionalizarse y el «esfuerzo constante» realizado durante estas dos décadas. «Prácticamente todos los años hemos tenido crecimientos constantes y sostenidos sobre el periodo anterior, pero se produjeron tres puntos de inflexión en 2009, 2020 y 2021 que pusieron de manifiesto que La Rioja es vulnerable a las crisis económicas globales y a las circunstancias extraordinarias como las que han ocurrido».

En 2008, estalló una crisis de la que no se pudo librar la comunidad. Su presión se sintió en las ventas al exterior, que se redujeron en 2009 hasta los 1.126.054 millones (cifra que supone un descenso de casi un 10% en relación al año anterior).

«En general, cayeron (las exportaciones), pero por la desaceleración que se produjo en la economía global y se contrajo el mercado internacional». Aún así, apenas provocó secuelas: «No se produjeron caídas sustantivas. Afectó, pero había una sólida base de aguante».

La Rioja, de hecho, sorteó pronto el leve impacto y se adentró de nuevoen la senda de crecimiento. Las ventas al exterior pasaron de los 1.299.934 millones de 2010 a los 1.899.880 de 2019. Toda una tendencia alcista que, sin embargo, se truncó con el Brexit.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), producida hace ya más de un lustro, «generó incertidumbre y supuso una serie de desafíos adicionales para las exportaciones», explica el director de la Cámara de Comercio. Sin ir más lejos, «provocó costes adicionales y una mayor burocracia para las empresas, además de incertidumbre y fluctuaciones en el mercado».

Algunas entidades, de hecho, se vieron obligadas a buscar nuevos mercados o a diversificar sus productos. «Los costes de importación (que se incrementaron con los aranceles) o los trámites aduaneros tuvieron su reflejo en las exportaciones al Reino Unido, donde se produjo una caída durante ese periodo de adaptación de entre un 10 y un 20%».

Las exportaciones de productos 'made in' La Rioja al Reino Unido pasaron de los 132.618 millones del año 2020 a los 114.056 del siguiente, pero a pesar de estos obstáculos comerciales y de la incertidumbre, «sigue siendo un mercado clave para las exportaciones riojanas, especialmente para el vino. Es el cuarto país al que más le vendemos –en 2024 las cifras ascendieron a 160.521 millones–».

Al poco irrumpió la pandemia y pasó factura a la región: las ventas al exterior cayeron hasta los 1.705.498 millones (cifra que no se registraba desde 2016). El covid, «aunque afectó al mercado exterior, provocó efectos menos negativos en La Rioja que en otras regiones. La recuperación fue más rápida», asegura Sheila Argáiz, responsable del Departamento Internacional de la Federación de Empresas (FER) de La Rioja.

A pesar de estos retos, las entidades riojanas supieron superar las dificultades: «Se adaptaron, buscaron nuevos mercados y fomentaron relaciones con otros países para mantener y ampliar sus vías de suministro. No supuso ningún tipo de ruptura, sino un impasse para seguir creciendo», resalta el director de la Cámara de la Cámara de Comercio.

«La diversificación de productos, sectores exportaciones y destinos ha permitido a La Rioja resistir mejor a las fluctuaciones de la demanda y a las crisis internacionales, y mantener un saldo comercial positivo», añade Argáiz.

A pesar de ello, aún quedan retos y tensiones comerciales internacionales que sortear tras las medidas arancelarias impuestas por Donald Trump. «Ahora estamos en un periodo de impasse, pero EE UU es un mercado de valor añadido, sobre todo para el vino».

En la FER también preocupa la batalla arancelaria desatada por Trump. «Está en plena ebullición, con negociaciones y un escenario incierto, y genera desconfianza en la actividad empresarial. Esperemos que desde la UE haya una respuesta que ofrezca estabilidad y confianza a las entidades riojanas», apunta Argáiz. «Ahora hay incertidumbre, pero seguro que nuestras bodegas podrán sortearla», concluye Nicolás.

Si por algo destaca también La Rioja es por el alza de las empresas exportadoras regulares, que han pasado de las 450-500 en los primeros años de este siglo a las 746 de 2024 (un 7,3% más que en el año anterior). «Tenemos una base exportadora cada vez más sólida y diversificada, con una expansión a nuevos mercados», afirma Sheila Argáiz, responsable del Departamento Internacional de la FER.

Unas cifras que, como apunta el director de la Cámara de Comercio, Florencio Nicolás, implican que «nuestras ventas al exterior son cada vez más estables». Este aumento «refleja también un proceso de maduración y de profesionalización y que la exportación forma parte cada vez más de la estrategia empresarial y del ADN de las entidades».

De tener una fuerte presencia en la UE a trabajar también en otros países. La Rioja ha conseguido adaptarse a los cambios de la demanda y de las políticas comerciales, diversificar sus productos y abrirse a nuevos mercados.

Desde 2005 hasta 2010, por ejemplo, «había un predominio absoluto» de Francia, Portugal y Alemania como países de destino, pero el panorama ya ha cambiado. «Apenas teníamos presencia fuera de la UE, pero se ha producido una diversificación hacia mercados extracomunitarios», afirma Florencio Nicolás, director de la Cámara de Comercio.

Ya desde 2015, se empezó a exportar a otros países, como EE UU o Brasil. A pesar de ello, la UE sigue siendo el principal destino –allí enviamos el 67% de los productos en 2023–, mientras que Reino Unido ha pasado a ocupar el cuarto lugar y EE UU, el sexto. En la actualidad, las ventas al exterior más voluminosas se realizan a Francia (465.828 millones), Portugal (300.135), Alemania (244.214), Reino Unido (160.521), Bélgica (118.723) o EE UU (116.795). «En algunos países ha habido descensos puntuales y en otros, han crecido. Nuestros socios internacionales están muy consolidados y se han incorporado otros», apunta Sheila Argáiz. De hecho, se han consolidado las ventas en Brasil, México, Chile y «ha comenzado a haber interés en Asia y África», añade Nicolás.

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