El hostelero riojano que abusó sexualmente de una mujer acepta una pena de cuatro años de prisión
La pena queda suspendida con la condición de que que el acusado no delinca durante el tiempo de la condena
Conformidad. El juicio programado este lunes para un acusado de alcoholizar conscientemente a una mujer de 21 años y abusar sexualmente de ella en un bar y un domicilio de Logroño ha quedado resuelto por conformidad. Así, el agresor, un hostelero de Logroño, ha reconocido lo ocurrido y ha aceptado dos años de prisión por cada uno de los dos delitos de abuso sexual de los que estaba acusado, cinco años de libertad vigilada y siete más de prohibición de aproximarse a la víctima a menos de 200 metros y de comunicarse con ella a través de cualquier medio. Además, deberá abonar, en concepto de responsabilidad civil, los gastos derivados de la atención en el Servicio Riojano de Salud.
De cualquier modo, la pena de prisión queda suspendida con varias condiciones. Por un lado, que no delinca durante el tiempo que se prolonga la condena y, por otro, que satisfaga los gastos del Seris, además de no quebrantar la orden alojamiento y que se apunte a un curso de educación sexual. «En el acuerdo de conformidad se ha aplicado la atenuante de dilaciones indebidas y la atenuante de reparación del daño después de que el acusado haya abonado a la víctima 36.000 euros por las lesiones, daños y perjuicios morales ocasionados», se expone desde el departamento de Comunicación del Tribunal Superior de Justicia de La Rioja.
Los hechos tuvieron lugar el 15 de julio de 2020. Todo empezó con una solicitud a través de Instagram del acusado, que en aquel momento tenía 30 años, a la víctima. Ella aceptó y al día siguiente el ya condenado le propuso quedar en el bar del que era propietario. «Así las copas les salían gratis», argumentó. La joven acudió a la quedada y el hostelero cerró entonces la puerta y la cortina con el pretexto de «evitar que la gente entrase al local pensando que estaba abierto».
Durante el rato que estuvieron juntos, el agresor preparó varias bebidas y cuando la víctima empezó «a encontrarse muy afectada con el alcohol», el hombre, según el escrito del Ministerio Fiscal, «con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales y sin que conste consentimiento libre mantuvo relaciones sexuales con penetración vaginal en el suelo del bar».
Posteriormente, la víctima vomitó en varias ocasiones y fue entonces cuando el procesado le propuso que fueran a su casa. Allí «y sin que la víctima recuerde lo que pasó en el domicilio por tener anulada su capacidad volitiva y muy disminuida su consciencia, el procesado de nuevo aprovechó con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales y sin que conste consentimiento libre, mantuvo relaciones sexuales con penetración vaginal y sin que ella fuera consciente».
