Concentración frente a la Delegación del Gobierno el pasado mes de diciembre. Sonia Tercero

La Fiscalía riojana reconoce «problemas prácticos» con las pulseras antimaltrato

Los contratiempos habituales en La Rioja «son las entradas casuales» del agresor en el radio prohibido lo que provoca episodios de temor en la víctima

Carmen Nevot

Logroño

Miércoles, 24 de septiembre 2025, 07:20

En La Rioja no hay constancia, al menos por el momento, de los fallos detectados en los sistemas de alerta y geolocalización de las ... pulseras antimaltrato de los que ya avisó el Consejo General del Poder Judicial (CGPPJ) al Ministerio de Igualdad, pero sí que ha habido reiteradas advertencias por parte de la Fiscalía riojana sobre su limitada eficacia debido al reducido tamaño de nuestra comunidad. El dispositivo, hasta ahora, ha dado más problemas que satisfacciones, y ha generado innumerables falsas alarmas que no son atribuibles al vacío en el volcado de datos que se produjo con el cambio de adjudicataria del servicio que gestiona los dispositivos telemáticos. Un vacío que habría tenido consecuencias en varios procedimientos judiciales –se desconoce el número– por quebrantamiento de las órdenes de alejamiento.

Publicidad

El también denominado brazalete multialarma para maltratadores nació con el objetivo de delatar al denunciado que incumpliera el alejamiento relacionado con la violencia de género y, por el momento, su implantación no deja de ser simbólica en numerosas comunidades autónomas. De hecho, en La Rioja, según la memoria de la Fiscalía, a cierre de 2024 había 10 dispositivos activos, y 11 a finales de julio de este año, de acuerdo con el boletín estadístico mensual de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.

Precisamente, en el prolijo documento que sintetiza la actividad de la acusación pública en esta región hay un apartado dedicado a estas pulseras en el que se especifica que uno de los problemas más habituales son las «entradas en el radio prohibido, que se producen de manera casual, dando aviso a la víctima y ello provoca situaciones de temor e intranquilidad para éstas». De ahí que, en determinados municipios de tamaño reducido, debido a las distancias existentes, las pulseras no son el mecanismo más adecuado para la protección de las víctimas. La razón es que se producen alarmas reiteradas «que no guardan relación con situaciones de peligro para la integridad de estas mujeres».

En nuestra región no hay constancia, al menos por el momento, de fallos en los sistemas de alerta de los dispositivos de Cometa

En algunos procedimientos, añade la memoria de la Fiscalía, los informes recibidos por el centro Cometa –empresa encargada del control de las pulseras– sobre las incidencias que hay son tan frecuentes que para constatar su intencionalidad se solicita a la Policía o a la Guardia Civil que elaboren un atestado. Como consecuencia de todo ello, en materia de violencia de género y familiar, si bien hay un alto porcentaje de concesión de medidas de alejamiento cautelares, no hay tantas de pulseras telemáticas «dados los problemas prácticos que muchas veces provocan en las localidades propias de esta comunidad, incluida la ciudad de Logroño».

Publicidad

No es la primera vez que la Fiscalía avisa de los inconvenientes de este sistema. En sucesivas memorias ha venido advirtiendo de ello y en varias ocasiones de manera muy crítica. En 2017, por ejemplo, tildaron este instrumento de fracaso porque « dado el tamaño de la ciudad, salta el dispositivo cuando ni siquiera se ven víctima y agresor y están en calles distintas». Esta circunstancia provoca constantes intervenciones policiales, que van acompañadas de detenciones y derivación al juzgado cuando, en realidad, «no ha existido quebrantamiento, provocando miedo e inseguridad a la víctima».

Como ejemplo de lo infructuoso de este sistema en una ciudad pequeña, si la víctima está paseando por la Gran Vía logroñesa y el maltratador se encuentra en El Espolón la pulsera va a saltar varias veces y casi todas van a ser falsos positivos de tal forma que van a dar cuenta de que ha habido un acercamiento que no es real, posiblemente ni se han visto ni han tenido manera de evitarlo. Además, cuando la aproximación no es voluntaria lógicamente no es delito. Pese a todo, la Policía y el Juzgado de Violencia deberán ser informados e intervenir en cada uno de los casos.

Publicidad

«En La Rioja, el control de estas situaciones es más fácil»

Federico Bravo.

«En La Rioja, al menos que nos haya llegado directamente al colegio, no tenemos constancia de que se haya producido ninguna incidencia», explica el presidente del Colegio de la Abogacía de esta comunidad, Federico Bravo. Las dimensiones de esta región, a su juicio, juegan a favor en el caso de que haya una medida de alejamiento porque, al margen de las pulseras telemáticas, es «más fácil y más sencillo» el control de los agresores por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado. Pero más allá de la eficacia policial, explica Bravo, al tratarse de un territorio pequeño, con núcleos urbanos en los que hay «cierto apoyo social», «el control de ese tipo de situaciones es más fácil, no solo ya por los dispositivos electrónicos, sino también por la colaboración general ciudadana». En cualquier caso, dependiendo de la valoración que se hace de la víctima, se establecen unos medios adecuados para el control del agresor y para salvaguardar la integridad de la mujer que ha sufrido la violencia de su pareja.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad