Un operario especializado retira material con amianto de una obra. Adobe Photo Stock

La demanda para retirar amianto supera la disponibilidad de las empresas especializadas

La eliminación de uralitas, tubos o aislantes se multiplica en La Rioja por las peticiones de bodegas y agroalimentarias

Víctor Soto

Logroño

Sábado, 15 de noviembre 2025, 08:20

Durante muchas décadas, el amianto se convirtió en uno de los componentes estrellas de la construcción y de otras industrias. Aislaba, soportaba el fuego, resistía... ... y era barato. Entonces nadie podía sospechar su potencial tóxico y cancerígeno. Miles de personas fallecieron o han desarrollado enfermedades por las fibras de este mineral. Ese altísimo precio en vidas provocó que en 2002 se prohibiera su utilización en España.

Publicidad

Para entonces, el amianto ya era parte indisociable de la sociedad: tejados de uralita, tubos de canalización, aislantes, revestimientos, depósitos... Los cálculos del sector hablan de más de tres millones de toneladas con materiales contaminados por asbesto instalados en España.

El pulso contra este mineral cancerígeno lleva desarrollándose años, aunque en los últimos tiempos se está acelerando. Las razones son variadas, aunque una de las más importantes es el fin de la vida útil de muchas de estas instalaciones. En cuanto se quiebran o sufren problemas no es posible arreglarlas y procede cambiarlas. Y eso, sumado a una cada vez mayor concienciación social, está llevando a las empresas especializadas (22 activas en La Rioja en el registro obligatorio RERA) a redoblar sus esfuerzos, en trabajos tanto en la comunidad como en otras provincias.

La alta demanda provoca que los plazos se alarguen y las peticiones para retirar una superficie con amianto pueda dilatarse (más allá de los 45 días máximos que puede costar la resolución de los planes obligatorios de retirada) entre tres y seis meses.

Publicidad

La empresa pionera en estos trabajos en La Rioja, con más de veinte años de experiencia, es Reformas, Contratas y Redes Re-9. «Siempre ha habido trabajo, pero ahora estamos recibiendo más peticiones», explica Yosu González, CEO de una compañía que retira en el norte de España y Baleares más de 200.000 metros cuadrados de cubiertas con amianto.

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

Desde Autol, Raúl Bastida, ingeniero de Luis Fernando Bastida, va un poco más allá. «Nos llegan solicitudes casi diarias y tenemos ya el año 2026 cerrado», indica. Sus principales clientes son bodegas, industrias alimentarias y otras empresas que, o bien por degradación de los materiales o bien por mejora de las instalaciones, están acometiendo la retirada. «Si ahora me piden un trabajo les tengo que contestar que podría hacerlo a finales del próximo año», resume.

Publicidad

Isabel Ortega, responsable de Nortepanel, también está recibiendo más peticiones y proyectos. «antes se permitía doblar las cubiertas, pero ya se prohibió y entonces no queda otra que quitarlas. Además, creo que la gente se está concienciando y en cuanto hay un problema llaman».

La retirada no es ni mucho menos barata. Aunque sea para eliminar unos pocos metros cuadrados es necesario personal cualificado con equipos de máxima protección y baños especiales para descontaminar a los trabajadores y su indumentaria en el lugar del trabajo. Por eso las subvenciones resultan importantes. «La gente espera ayuda, pero no suelen ser suficientes o se agotan. Por eso se piden muchos presupuestos pero luego los trabajos de eliminación tardan», asegura Raúl Monforte, de Cubiertas Dial.

Publicidad

«Es incongruente pedir que para 2030 esté todo desmontado y no hacer un verdadero esfuerzo»

Raúl Bastida

Ingeniero de Luis Fernando Bastida

«La gente espera ayudas, pero no son suficientes. Se piden muchos presupuestos aunque luego los trabajos tardan»

Raúl Monforte

Cubiertas Dial

«Existen plazos para eliminar el amianto, pero no hay capacidad para depositarlo»

Yosu González

CEO de RCR-Re9

El Gobierno de La Rioja, que este año ha abierto una línea de subvenciones de hasta el 100% por eliminar bajantes o cubiertas de uralita (abierta hasta el 12 de diciembre), registró 39 planes de retirada de amianto el pasado año y en el actual ya son 53. En comunidades vecinas, como Navarra, el incremento es todavía más alto.

Las empresas son las más interesadas en un proceso que, desde Europa, tiene una fecha límite que parece imposible de cumplir. En 2032 no deberían quedar componentes con amianto en los edificios convencionales. En los públicos el límite es todavía más cercano, 2028, aunque esta espada de Damocles parece no preocupar demasiado. Hace ya dos años todos los ayuntamientos debían contar con un censo de instalaciones con asbesto y, en el caso de La Rioja, ninguno de sus 174 consistorios lo ha realizado aún. Por su parte, el Gobierno regional realiza anualmente distintas actuaciones (las últimas en cinco centros docentes durante 2025).

Publicidad

Personal cualificado

Los proyectos aumentan y eso exige un incremento de personal que tiene que estar cualificado. Algunas de las firmas riojanas ya tienen en la mesa la contratación de nuevos trabajadores, pero es necesaria una formación. «Nosotros estamos en contacto con una organización de Logroño para llevar a cabo esa formación. La idea es contratar a diez personas», explica Raúl Bastida. Otras firmas, como RCR, llevan a cabo sus propios cursos y una especialización continua para cubrir los requisitos del sector que es vigilado con lupa por la Administración. «Hacen falta más recursos, más trabajadores y más subvenciones. Es incongruente pedir que para 2030 esté todo desmontado y no hacer un verdadero esfuerzo», analiza Bastida. «Cada año se van a incrementar las peticiones de retirada de materiales de amianto y hay que ponerse las pilas», reflexiona González.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta especial!

Publicidad