Los delitos repuntan un 3,5% y suponen ya un 39% más que hace cinco años

Especialmente significativa resulta la subida de los crímenes convencionales (todos los que no se registran en el ciberespacio), que llega al 5%. A pesar del notable ascenso de los hechos denunciados ante las fuerzas de seguridad, La Rioja mantiene una tasa de criminalidad de 37,7 hechos penales conocidos por cada mil habitantes, 13,5 puntos inferior a la media nacional, y que sitúa a La Rioja como la sexta más segura de España.

Por la gravedad, destaca el alza de uno a tres en el número de homicidios dolosos y asesinatos consumados, con nombres como el de la refugiada siria Salwa Zidan, el hostelero Guillermo Castillo o el sanitario Manuel Montoya, que ya han entrado en la historia más negra de La Rioja.

Pero también crecen (de 8 a 12) los homicidios y los delitos por lesiones y riñas (de 198 a 238). No se salvan de este frío análisis de datos, que en realidad esconden decenas de trágicas historias, los delitos contra la libertad sexual, que pasan de 101 a 113, casi uno cada tres días. Aunque por volumen, son los actos contra el patrimonio los que más empujan las cifras, con 299 denuncias por hurtos, robos con fuerza en casas o comercios y robos con violencia más que en 2023. Es precisamente el tipo de hurto el que, año tras año, se mantiene como líder en este triste ránking: 2.967 se denunciaron el pasado año en la comunidad (un 8,2% más que en la comparación con 2022).

En el lado opuesto de la balanza están los descensos. En términos globales, los esfuerzos realizados por poner límites a los ascendentes índices de cibercriminalidad están dando sus frutos, aunque el siempre nebuloso mundo online copa ya el 20% de las denuncias. De las 12.166 infracciones penales registradas en 2023, 2.381 se produjeron en la red, con las estafas (casi 9 de cada 10 ciberdelitos) como punta de lanza. Pese a la magnitud de estas cifras, el porcentaje de ciberdelitos cayó en 2023 un 2,1% respecto al año anterior.

Entre los tipos penales que más bajan están dos clásicos: las sustracciones de vehículos, que han pasado de 77 a 68, y el tráfico de drogas (9,2% de retroceso).

Pero si la criminalidad creció, también lo hizo el año pasado el esclarecimiento de los casos. Policía Nacional y Guardia Civil cerraron 5.222 casos en 2023, un 10,5% más de éxitos.

La estadística de Interior solo desglosa datos de las ciudades de más de 20.000 habitantes (Logroño y Calahorra, en el caso de La Rioja). Y la comparación entre ambas señala que la ciudad riojabajeña es, porcentualmente, menos segura. Las infracciones penales registradas el pasado año en la capital fueron 5.616 (7,5% más), con un fuerte repunte de la cibercriminalidad (20%) y uno más moderado de la convencional (4,9%). Estos datos suponen una tasa de criminalidad de 37,6 denuncias por cada 1.000 habitantes. En Calahorra, la tasa llega al 56,8 (casi 20 puntos más que la capital), con 1.418 infracciones denunciadas (un aumento del 12,6%).