Puerta de acceso a la sede logroñesa de Cáritas La Rioja. Sonia Tercero
Estela | Beneficiaria de Cáritas

«Se lo debo todo a Dios primeramente y luego a Cáritas»

Estela, madre de dos niñas de corta edad, tuvo que salir de Colombia y ha logrado en La Rioja un empleo y un alojamiento de renta baja gracias a la entidad social

Viernes, 13 de junio 2025, 18:26

Estela sueña con un futuro en La Rioja y con ser capaz de ofrecer un porvenir de educación, oportunidades y seguridad a sus dos hijas, todavía de corta edad. Llegó a finales de 2021 desde su Colombia natal tras lo que define, sin querer ahondar más, como «una situación muy complicada en mi país».

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El desembarco no fue nada fácil. Aunque el Centro Asesor de la Mujer le dio cobijo en un piso de acogida, las niñas hacían casi imposible poder conciliar su cuidado con cualquier ocupación laboral. «Los horarios no me daban con los del colegio y la guardería, era muy difícil conseguir un empleo y mucho menos acceder a un trabajo estable», rememora.

Desde la institución, la joven colombiana fue derivada a la sede de Cáritas La Rioja, que le abrió más puertas de las soñadas. La entidad incluyó a la familia monoparental en su programa de alojamientos temporales, lo que le permitió ocupar un piso de renta asequible, también le ha ayudado a encontrar un empleo como dependienta de un comercio de la capital riojana y con un horario que le permite conciliar su contrato con la atención a sus niñas, con las que, además, le echa una mano una amiga.

«Hago una semana de mañana, de 08.00 a 13.30 horas, y otra con horario partido, de 10.00 a 13.00 y de 17.00 a 20.00 horas», detalla Estela, que admite con voz ilusionada que «sin Cáritas nada de esto hubiese sido posible. Primero me asesoraron, luego me aconsejaron, pero sin ellos yo no sé dónde estaría. Me han ayudado un montón, en todo, con el tema de la vivienda, con los suministros… Con todo. Yo ahora tengo un contrato de 30 horas, lo que supone un sueldo de más o menos 800 euros, pero con ese dinero es imposible acceder a una vivienda de alquiler normal y poder vivir», asegura la joven, que añade que «una habitación tampoco me la alquila nadie porque somos las tres, claro».

El apoyo de la entidad le ha cambiado la vida y hoy se siente dichosa y con un orgullo que en los peores ratos comenzó a flaquear. «Hasta que encontré trabajo recibía la ayuda de la Renta de Ciudadanía, eran 690 euros al mes por ser tres en la unidad familiar y tener dos niñas pequeñas, pero eso no llega para comer, pagar el alquiler actual de una vivienda, la luz, la calefacción… Gracias a Cáritas tengo una renta baja que incluye los suministros básicos. Me han ayudado hasta demasiado con eso», resume emocionada.

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«Yo estoy superagradecida, mi situación sin ese apoyo hubiese sido complicadísima, de acabar en la calle incluso», admite Estela, que, pese a todo, se siente una privilegiada. «Afortunadamente no me dio ni tiempo a ver a mis hijas en ese problema, porque cuando en octubre de 2023 salimos del piso de acogida del Centro Asesor de la Mujer me derivaron a Cáritas, que en cuanto vieron mi situación valoraron el caso de urgencia y enseguida me ayudaron», relata para asegurar que «desde entonces se lo debo todo a Dios primeramente y luego a Cáritas».

«Yo no quiero vivir de ayudas, quiero trabajar y que mis hijas tengan un porvenir de educación, oportunidades y seguridad»

Estela

Usuaria de Cáritas La Rioja

Su confianza se ha redoblado en los últimos tiempos. «Gracias a Dios nos encontramos con buenas gentes como lo es Cáritas y eso nos permite salir adelante», asegura optimista frente a un futuro inmediato que ya no ve teñido de lúgubres nubarrones.

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«Yo no quiero vivir de ayudas, creo que nadie quiere eso, pero en mi caso desde luego que no. Yo quiero trabajar y sacar adelante a mis hijas, que no les falte un techo y comida y que aquí tengan un porvenir. Yo estoy feliz, veo el futuro muchísimo mejor, estoy muy muy contenta en el trabajo, amo lo que hago, y estoy muy agradecida», insiste en referencia tanto a la entidad como a las personas que han confiado en ella y la han contratado.

«Hay que echar para adelante, no tenemos otra opción, yo trabajando me siento muy bien. Cuando me era imposible trabajar estaba fatal, era horrible, hay gente que piensa que vienes a vivir del Gobierno, pero no es así, en mi caso desde luego que no, yo no quiero eso, no quiero vivir de ayudas, sino ganar mi dinero con mi trabajo», prosigue sin apenas respirar y convencida de que le va a ir bien. «A veces cuando la situación se me ha puesto difícil, cuando todo lo veía mal, se me pasaba por la cabeza volver a mi país, con mi familia, pero sabía que no podía ser. Sé que tengo que luchar, y lo haré, porque lo único que quiero es un futuro para mis nenas y sé que allí en Colombia no iban a tener ni la educación ni las oportunidades ni la seguridad que pueden tener aquí en La Rioja», remacha con firmeza.

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