Las residencias de mayores cierran el proceso de vacunación tras esquivar la tercera ola del virus
La pandemia se ha cobrado 10 vidas de residentes en los dos últimos meses, el 8,3% del total, frente a 75 (35,8%) y 211 (57,6%) en las oleadas previas
De la pesadilla más atroz a rozar un sueño. Nuestros mayores empiezan a recuperar una sonrisa borrada durante meses de drama, dolor, miedos, muerte, ... soledad y ausencia de abrazos.
La esperanza e ilusión han retornado en este 2021 a las residencias riojanas después del horror padecido durante todo el pasado año y lo han hecho a golpe de jeringuilla y vial para lograr esa dosis de inmunidad que hagan impensable el retorno al terror. El proceso de vacunación, iniciado el 27 de diciembre pasado y retomado el 18 de enero con los segundos pinchazos, ya está culminado a falta de una 'fase de repesca' que se rematará en los próximos días con aquellos a los que no se pudo administrar la segunda dosis en su momento por estar confinados o ser positivos, entre otras circunstancias.
«El número de trabajadores y residentes que quedan por inmunizar es muy residual, no llegará al 1%, menos de medio centenar de personas, y se completará el proceso de vacunación a lo largo de la próxima semana», detalla María Somalo, directora general de Dependencia, Discapacidad y Mayores, que concreta algunas cifras: «Hablamos de 2.672 usuarios entre residentes de centros de mayores y de personas con discapacidad y otros 2.604 trabajadores sociosanitarios, entre el personal propio de las residencias y los de las empresas externas; además de todo el personal de centros de día y los casi 800 trabajadores del Servicio de Ayuda a Domicilio».
«Estamos haciendo un esfuerzo de contención en todos los sentidos, que creemos que es ya el último, afortunadamente»
María Somalo | Directora general de Dependencia y Mayores
«La progresiva inmunización gracias a la vacunación conlleva un nuevo escenario de mayor protección»
Rubén Vinagre | Subdirector general de Coordinación Sociosanitaria
A la espera de esa ansiada inmunidad, la situación en las 32 residencias de mayores de la región daba ayer un nuevo paso hacia la tranquilidad con la notificación de 13 casos activos en cuatro centros. «La situación es muy estable y confiamos en que en unos días podamos volver a decir que están ya todas las residencias limpias. Estamos haciendo un esfuerzo de contención en todos los sentidos, que creemos que es ya el último, afortunadamente, porque los residentes necesitan ya los paseos y las visitas, a ver si puede ser. Hay que esperar a la evolución de la situación y a lo que nos diga Salud, pero confiamos en que a partir del 23 de febrero se pudieran flexibilizar las condiciones actuales», avanza María Somalo sobre la posible desescalada suave tras una tercera ola que las residencias riojanas han logrado esquivar.
Servicios Sociales mantendrá los cribados semanales al menos hasta fin de mes
Un futuro de optimismo, pero sin bajar la guardia. Servicios Sociales no quiere sorpresas en la recta final de la campaña de inmunización y ha decidido mantener activos todos los controles. «Seguimos suministrando a todas las residencias los test de antígenos necesarios para los cribados semanales a los trabajadores y eso lo que vamos a mantener hasta finales de este mes al menos, hasta tener constancia de que tras una semana desde la puesta de la segunda dosis de la vacuna se pueda acreditar un nivel de inmunidad muy importante que evite riesgos de nuevos brotes si el virus vuelve a entrar en algún centro», resume María Somalo.
'Limpias' desde mediados de diciembre para afrontar el inicio del tercer asalto del SARS-CoV-2, el virus volvió a colarse tras el periodo navideño con la apertura a salidas de usuarios y visitas de familiares a estos centros. Los primeros positivos fueron detectados el 7 de enero y se activaron todas las alarmas, pero, tras llegar a un pico de 93 casos el día 21, la incidencia descendió rápidamente sin más sobresaltos que el nuevo brote comunicado esta semana, una treintena de positivos detectados a partir del 24 de enero tras un cribado de test de antígenos. Activado el protocolo que puso en marcha la sectorización y un cribado progresivo de PCR, el episodio se da ya por controlado y los afectados, la mayoría asintomáticos, avanzan hacia el fin de la cuarentena y su posterior alta.
Escenario de protección
Los viejos fantasmas del pasado han podido ser espantados en esta tercera ola de la pandemia que, pese a ser tan letal como los dos tsunamis sanitarios precedentes, no ha arrasado los centros de mayores riojanos. Vacunas al margen, la brutal incidencia registrada entre marzo y mayo del pasado año, además de convertir las residencia riojanas en el epicentro del drama dotaron a su moradores supervivientes de una capa de inmunidad –a finales de junio casi 900 residentes presentaban anticuerpos– que explicaría, junto a los protocolos y medidas implementadas, la 'suavidad' con que la tercera ola se ha presentado en este ámbito. No han faltado las lágrimas, las dolorosas pérdidas, pero nada que ver con el infierno atroz de unos meses atrás. En los casi dos meses que se cumplen desde el inicio de este tercer capítulo de la pesadilla sanitaria, 'solo' 10 residentes de centros de mayores han fallecido por COVID-19, lo que supone el 8,33% de las víctimas mortales contabilizadas en este periodo en la región, frente al 35,8% (75 residentes de los 209 fallecidos totales) de la segunda ola y el 57,65% (211 de 366) del demoledor arranque de la pandemia.
Un panorama esperanzador de cara al futuro inmediato, como coinciden tanto desde Servicios Sociales como desde Salud. «Es temprano para hacer una valoración acerca del efecto positivo de la vacunación puesto que ésta comienza el 27 de diciembre y la tercera ola se había iniciado en las semanas previas. En cualquier caso, la progresiva inmunización conlleva un nuevo escenario de mayor protección que con toda probabilidad modulará al mínimo los embates de potenciales nuevas olas», asevera Rubén Vinagre, subdirector general de Coordinación Sociosanitaria y Cuidados, quien, achaca la reducción de la incidencia en las residencias en esta ola «al mayor conocimiento de la enfermedad, a la máxima colaboración en el ámbito sociosanitario y a la coordinación en el entorno sociosanitario entre residencias, Servicios Sociales y Salud, que han favorecido la anticipación en la prevención, diagnóstico y detección del coronavirus».
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