El aplauso infinito
«Sigamos siendo responsables para no echar al traste todo el trabajo realizado», defiende Pepa Leciñana, del centro de salud Gonzalo de Berceo de Logroño, durante el acto de entrega de la Medalla de Oro de La Rioja al personal sanitario
Durante meses, los sanitarios de La Rioja han recibido, día a día, los aplausos de toda la región. Desde sus balcones, los ciudadanos les recompensaban de esa manera su batalla en primera línea contra el COVID-19. Este martes por la mañana, el aplauso se ha repetido en el patio del monasterio de San Millán. Puestos en pie, todos los invitados, prolongaron mucho más de lo habitual el aplauso que cada 9 de junio se llevan los galardonados con la Medalla de La Rioja. Después de tres meses agónicos de lucha, era el menor de los reconocimientos merecido que, en representación de todo el colectivo, han recogido Pilar Espinosa, supervisora de la UCI del Hospital San Pedro, Pepa Leciñana, del centro de salud Gonzalo de Berceo de Logroño y Marta Vicente, auxiliar de enfermería en la residencia de personas mayores de La Rioja. Tras ellas, una gran pantalla recordaba el nombre de todos los fallecidos en la región por el COVID-19.
«La mejor vacuna frente al COVID-19 es la unidad de acción, que es lo que nos ha permitido a todos adaptarnos», ha apuntado Pilar Espinosa en una intervención en la que ha destacado que la pandemia ha servido para «poner en valor la importancia de la sanidad pública, que ha demostrado ser un pilar fundamental para todos riojanos en todos los niveles de acción».
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Espinosa ha insistido en que ha sido un trabajo en equipo en el que han ido de la mano todos los equipos sanitarios « y en el que los riojanos nos han animado con sus aplausos, sus mensajes y sus dibujos», pero ha sido un trabajo duro: «Hemos sentido miedo, incertidumbre y preocupación; hemos echado en falta los abrazos y las muestras de cariño», ha dicho Espinosa recordando que todo ello ha tenido que ser sustituido «por las miradas. Hemos hablado con nuestros ojos y lo que veíamos era tristeza, cansancio e incredulidad».
Desde el centro de salud Gonzalo de Berceo y en representación de todos los profesionales de la Atención Primaria, Pepa Leciñana, también recordaba que lo más duro ha sido la distancia. «Nos hemos separado físicamente y hemos tenido que cambiar la manera de trabajar. Lo hemos hecho con cariño y dedicación para coger la mano de los pacientes y que sintieran una sonrisa amable, que sintieran que no estaba solo».
Y eso, ha asumido, «que no siempre hemos tenido la respuesta, pero sí vocación, y eso es un pulso. Han sido unos meses duros y gracias a un enorme esfuerzo, lo hemos controlado». De momento. Por eso, Leciñana ha hecho un llamamiento público: «Sigamos siendo responsables para no echar al traste todo el trabajo realizado».
También en primera línea han estado todos los profesionales de los centros de mayores y del resto de colectivos más desfavorecidos a los que Marta Vicente, auxiliar de enfermería en la residencia de personas mayores de La Rioja, ha querido dedicar el máximo galardón de la Comunidad Autónoma de La Rioja. «Gracias a todos los que han trabajado en estos momentos tan duros que nos han enseñado a gestionar el miedo para dar y transmitir tranquilidad a todos los que han estado a nuestro alrededor. Juntos, saldremos de ella», ha completado.