Adolescencia y el crimen de Isam: «La actitud gregraria dentro de un grupo puede acrecentar la violencia»

Un crimen en un parque de Logroño. Cometido por jóvenes de entre 14 y 25 años. Un relato de lo sucedido que ha ido con cada detalle encogiendo el corazón de la sociedad. Declaraciones de la Policía Nacional que indican que Isam, víctima de este incompresible suceso, fue escogido al azar, que sobre él se ejerció una violencia «brutal», que sus verdugos volvieron donde lo dejaron sin capacidad para pedir ayuda para «rematarle» son cuestiones que llevan a preguntarse: ¿qué puede suceder en la mente de los detenidos para arrancar la vida de esta manera a otro ser humano?. El especialista Ignacio González Yoldi, psiquiatra y psicoterapeuta infantil y juvenil en el gabinete Puerta Abierta, ofrece algunas claves en el programa de TVR La Rioja Directo.

«La noticia es devastadora», apunta con claridad el psiquiatra. «Es muy difícil de digerir», añade, sabiendo el sentir de los ciudadanos de la capital riojana ante este estremecedor relato que se ha ido dibujando desde que el joven de 34 años fuera hallado por un vecino de Logroño mientras paseaba a su perro el pasado viernes.

«Quizá lo primero es tener esa sensación de que en estas cosas hay muchas variables que se nos escapan un poco a todos hasta que no entras dentro del caso: la historia de cada persona o qué ha pasado para llegar a ese límite...», dice en una primera reflexión González Yoldi. «Es verdad que puede haber circunstancias que rodeen a esa situación. Se pueden leer artículos científicos sobre el porqué de esa violencia, especialmente, en grupo», afirma. «A veces la actitud gregaria dentro de un grupo puede empujar a ello. En ocasiones, el conjunto acrecienta la intensidad de la violencia, porque se produce una actividad sinérgica», relata. «Otra variable que puede influir son los patrones de consumo de sustancias o el haber estado expuesto evolutivamente a situaciones violentas de forma previa. Está comprobado que esto favorece la mayor probabilidad de realizar actos violentos», enumera.

La Policía Nacional se refirió a la actitud de «normalidad» de los detenidos tras haber cometido este acto atroz contra Isam. Las imágenes quedaron grabadas en cámaras de seguridad. «Es complicado realizar una valoración desde fuera sin conocer qué estaba sucediendo», insiste al respecto de este comportamiento. «Lo que sí que queda claro es que cualquier joven que ve esta noticia o esta situación no se siente identificado con un acto de este tipo», asegura. Lo entiende así, porque en estos días ha sido inevitable que este suceso formara parte de la conversación con algunos de los pacientes. Por su parte había «sorpresa al conocer lo que había pasado y una actitud de rechazo completo». «Yo creo que este acto en concreto no identifica a la juventud y esto también es importante», determina.

Gonzalez Yoldi se ve las caras en el desarrollo de su profesión con los problemas más frecuentes de nuestros jóvenes en la adolescencia, pero ¿qué les lleva a una consulta como la de su gabinete? Los problemas de conducta son los más habituales. «El se porta mal, dificultades para aceptar las normas, el consumo de sustancias y el rendimiento académico. El colegio alerta de unas dificultades académicas y se trata de comprender qué está ocurriendo en esa persona», puntualiza.

¿Se puede detectar que un hijo podría tener problemas a largo plazo? La respuesta del psiquiatra es clara. «Sin duda» y hay señales. «Me gusta reflexionar sobre el desarrollo de los niños», inicia su explicación. «En edades tempranas tienen comportamientos que luego como adolescentes nunca les pasamos. Es importante la inversión de tiempo, en los vínculos, en la cercanía, en poder conocer bien a tu hijo para que cuando esté en un momento complicado -el que todos hemos tenido en la adolescencia- sepan que pueden contar con la figura de los padres en mayor o menor medida», aconseja. «Es fundamental».

«Metidos en harina, en la adolescencia, hay signos de alarma como un descenso brusco en el ritmo académico», indica. Para este experto, hay que prestar atención a estas variaciones. «Hablo con los padres de la idea de poder investigar, tener los oídos abiertos para comprender qué está pasando con su hijo. Si de repente hay un cambio muy brusco, hay que bucear en qué significa. Si es el entorno académico, por ejemplo, se puede hacer hablando con los profesores para ver qué tal está en el ambiente de clase». «Si ha habido cambios bruscos en los grupos sociales, eso genera modificaciones importantes dentro de la casa. Si hay sospechas de consumos, es algo a lo que también hay que prestar atención».

«Cuando un adolescente está triste es importante comprender que uno de los síntomas que demuestran es irritabilidad. Los adolescentes no se ponen tristes como nosotros, que estás más decaído, más apático o más lloroso. Ellos lo demuestran más con rabia», aclara sobre la diferencia entre su comportamiento y el de los adultos.

Por último, es inevitable preguntarle si una vez se es consciente del problema, a los jóvenes ¿les cuesta dejarse ayudar? Como profesional revela que hay diferentes reacciones. «Algunos tienen reticencias o rechazo, pero cuando sienten que te preocupas por ellos, suele bajar la intensidad de estos sentimientos. Nadie nos resistimos a ser escuchados y comprendidos, es algo que suele funcionar».