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No estaría mal que existiera en el fútbol una manera de medir el impacto de las jugadas, una especie de escala Richter que nos permitiera calibrar las consecuencias que tienen algunas acciones del juego. Pensemos, por ejemplo, en el gol de Kroos a Suecia, cuya resaca nos arrastró ayer a todos. Están equivocados quienes piensan que a los aficionados al fútbol sólo nos gusta ver ganar a nuestro equipo y, a ser posible, perder a nuestros rivales. No. Eso son satisfacciones que, en la mayoría de los casos, se van completando con los disgustos hasta hacer un todo sentimental más o menos equilibrado. Lo que de verdad nos fascina es comprobar cómo una sola jugada, algo muchas veces fugaz e imprevisible, puede tener las enormes consecuencias que tiene. ¿Se acuerdan de la famosa mariposa cuyo aleteo en Hong Kong provocaba una tempestad en Nueva York? Pues ni comparación.

Pensemos en el gol de Kroos. Nace de un error tan infantil que su autor, Jimmy Durmaz, no se lo perdonará en la vida. Crucificado ayer en las redes sociales, el centrocampista sueco de origen turco hizo lo último que debía hacer ante un rival en inferioridad y a escasos segundos del pitido final: una falta tonta cerca del área. Luego llegó el golpeo excepcional del jugador del Real Madrid, tras recibir el pasecito de Reus.

Analicemos ahora sus consecuencias, las más evidentes. El campeón mundial pasó en un segundo de estar casi eliminado, al borde del mayor fracaso de su historia, a seguir con las opciones intactas en Rusia. Joachím Löw, lo mismo. Estaba muerto y revivió. Kroos se convirtió en héroe nacional cuando iba a ser el villano número 1 tras su fallo en el gol sueco. Todo un país, Alemania, pasó de estar a punto de abrir un gran debate nacional sobre la crisis de su modelo futbolístico a continuar creyendo en él a ciegas. Pensemos en Suecia, en su tránsito fulminante de la gloria a la miseria. O en los mexicanos, a quienes el gol de Kroos les privó de su clasificación. Si en un suspiro todo puede transformarse en lo contrario, cómo no suspirar por el fútbol.

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