El Grafometal dice adiós a la Copa

Porque el Grafometal llegó a este encuentro en cuadro y con una baja de última hora: Silvia Ederra, que se fracturó un dedo y se perderá las próximas dos semanas de competición. Una lesión que se une a las de Ainhoa García, Lucía Ladrera, Fanny Monrós o Masha, aunque éstas dos últimas ya tocan balón de alguna manera. De hecho, la ucraniana marcó tres goles de penalti y la valenciana gozó de algunos minutos en el extremo. Pero lo justo como para ir cogiendo sensaciones. Nada más.

Pese a estar con media plantilla en la enfermería, el Sporting compitió hasta donde pudo contra un rival, el Zuazo, que no sólo cuenta con una plantilla amplia. Es, además, un bloque de mucha calidad en todas sus líneas pese a que el arranque de Liga no ha sido muy auspicioso para las vascas.

Con árbitros demasiado permisivos en las dos áreas, el Zuazo jugó mucho más cómodo –está más acostumbrado a este tipo de colegiados– frente a un Grafometal que mucho tenía que ganar y muy poco que perder. El de ayer no era un partido para las de Manu Etayo, que deben centrarse en recuperar efectivos y en mantenerse en la zona alta de la clasificación.

Con defensas duras y mucho ritmo, las locales salieron a pelearle el encuentro con dignidad, con Paula García como central acompañada por Dani y Carla Rivas en la primera línea. Pero la diferencia estuvo en la defensa. Mientras cada ataque de las riojanas llegaba hasta el pasivo, las vascas siempre encontraban un hueco por donde colarse para castigar a Sonora Solano, Elena Navarro o Rebeca García.

Poco a poco, el Zuazo tiró más de oficio y fue abriendo hueco gracias a su pegajosa defensa y a rápidos contraataques. Pasaban los minutos y el Sporting empezaba a estancarse, sobre todo en labores ofensivas. En quince minutos, las de Manu Etayo solo marcaron tres goles contra siete visitantes, que no dejaba de pisar el acelerador. Así las cosas, las riojanas se marcharon al descanso con un severo 9-15 que prácticamente dejaba sentenciado el encuentro.

Porque en la segunda parte el Zuazo apostó por continuar con la misma estrategia: defensa y veloces contras. Y lo resolvió por la vía rápida, manteniendo idéntica progresión de la primera parte. De esta manera, en el minuto 38, el Zuazo ya ganaba por 12-22, lo que obligó a Manu Etayo a pedir un tiempo muerto.

Una pausa que sirvió de poco. A partir de ahora, el Sporting está obligado a ganar prácticamente todos sus encuentros para mantenerse en la zona alta. El siguiente, ante el Lagunak el sábado próximo.