Una cocina con sello de tradición

Fueron los padres de Maite González, la actual propietaria del establecimiento, quienes en el año 1992 decidieron arriesgar y cambiar de vida. Así, abandonaron su trabajo en la cooperativa de Mondragón (Guipúzcoa) para cumplir el sueño de dedicarse a la cocina. «Mi madre es una enamorada de la cocina y nosotros veraneábamos en Santo Domingo. A ella le gustaba mucho la calidad de vida, nos mudamos y hasta hoy», recuerda Maite. Al principio, Los Caballeros era bar y restaurante, pero «como vimos que en sí el restaurante funcionaba mucho, apostamos sólo por él».

Esa primera división la han mantenido creando dos espacios diferenciados, que les permite, cuando llegan grupos o familias, ubicarlos en una zona «con un aire más novedoso» y que se encuentra más separada para una mayor tranquilidad.

Si algo llama la atención es su cuidada decoración, con las vidrieras realizadas por una pareja de artesanos, los dos escudos junto a la recepción, uno de Santo Domingo de la Calzada y otro que corresponde a Los Caballeros, y los cuadros, en su mayoría, del pintor impresionista Arquer Buigas.

Su padre fue el primero en jubilarse y con la pandemia también lo dejó su madre. «A mí siempre me ha gustado esto y decidí continuar junto a mi marido, Rodrigo Martínez. Él está en cocina y yo en sala, porque creemos que es muy importante que cada uno controle un poquito todo».

En el restaurante Los Caballeros han apostado por la cocina tradicional riojana, «porque es lo que el cliente nos demanda». Por ello en carta siempre hay platos de cuchara, donde destacan sus alubias de Anguiano y la sopa. «La verdura la vamos cambiando en función de la temporada y según la época hay espárragos frescos, alcachofas... También gusta mucho nuestro panaché de verduras», destaca Maite González. En su propuesta es posible encontrar, además, tomate de la huerta, pimientos, setas... «Nos gusta trabajar con producto local». Tanto en verdura, como en carnes. «La ternera y el cordero son de La Rioja», incide.

Como platos principales menciona el bacalao a la riojana, las chuletillas, la paletilla de cordero o las manitas de cerdo. O la recomendación fuera de carta, las albóndigas de corderito de leche en salsa. «Estos platos, aunque quisiéramos, no podríamos quitarlos, porque al final la gente viene a La Rioja a probar la comida típica». Pero, además, están comprobando que las peticiones van en aumento. «Cada día más. Como ya no se cocina tanto en casa, la gente viene buscando los platos que hacían las abuelas, los guisos como las carrilleras. Es decir, lo que precisa más dedicación y que hoy en día está desapareciendo en el hogar por falta de tiempo». No obstante, también les gusta ofrecer algún plato más distinto, donde el cocinero puede poner su sello más personal.

Y si en carnes y platos de cuchara hay opciones inamovibles, cuando se llega a la parte dulce, también. «Nuestro postre del Abuelito, un homenaje al Santo, está siempre en la carta. Es un postre muy de aquí que lleva, entre otros ingredientes, queso fresco y luego miel y nueces por encima. Mi madre lo elaboró justo antes de dejar el restaurante y se ha quedado desde entonces», confiesa la propietaria.

En Los Caballeros cuentan con más de cincuenta referencias en vino. «Soy una enamorada del vino». Lo que más trabajan son vinos de Rioja, aunque también ofrecen referencias nacionales.