Un regreso truncado en tarde de recuerdos
Diego Urdiales se topa con un lote imposible en su regreso a Soria ocho años después
jesús rubio
Sábado, 10 de julio 2021, 21:53
Enfrentarse a los miedos no tiene que ser fácil cuando lo que está en juego es la vida. Urdiales regresaba a la plaza de Soria en la que cayó herido gravemente hace ocho años. Revolotearon por su memoria, seguro, los recuerdos de aquella tarde. A la enfermería fue a dejar la montera tras brindar al público la muerte del cuarto toro. La faena a este astado fue complicada. Cuando lo dábamos todo por perdido, el toro experimentó un cambio de comportamiento como sí un chispotazo le hubiese dado. Cogió los vuelos con fiereza, repitiendo, pero el Urdiales de siempre, por lo que sea, no estaba en el ruedo. Tiró de arrojó, muleteó al toro por ambos pitones, haciéndole otra lidia a la habitual, todo bajo los acordes del pasodoble Zapato de Oro, pero aquello estaba fuera de su tauromaquia. Fue todo muy raro. Marró con los aceros, demasiado baja cayó la espada. Una oreja le fue concedida.
El toro del reencuentro dinamitó desde el mismo momento que salió de toriles toda esperanza de triunfo. Un astado de Roman Sorando apagado, sin fuerza y frío. Lo recibió el Víctor, el hombre de confianza de Urdiales. Cuando lo pulseó con el capote Diego, nada pudo hacer por meterlo el los vuelos. No se le castigó en varas y a la muleta llegó como salió, sin fondo. Por el derecho aún quiso seguir la muleta, a media altura siempre; por el izquierdo, ninguno. La faena nunca cogió intensidad y mató de estocada casi entera. Saludó una ovación.
Una oreja cortó Emilio de Justo al segundo tras una faena en la que faltó acople y chispa. Hubo algunos muletazos buenos, pero a la faena le faltó solidez. En el cuarto, hubo momentos buenos. Fue una faena que cogió intensidad en algunas series.
Los aceros se le cruzaron a Juan Ortega. Emborronó con ellos las dosfaenas. En el tercero nos atrapó con su toreo. Con delicadeza nos sumergió en una faena que sin ser explosiva tuvo emoción. Sensacionales los remates y los cambios de mano. En el cuarto toreó sublime, reduciendo el pulso y ralentizando la embestida a cero. Nos hizo viajar por las esencias del toreo. El de verdad. Cortó una oreja.
Plaza de toros de Soria
Se lidiaron toros de Román Sorando. El 1º, noble y sin fuerza; el 2º, de falto recorrido; el 3º, noble y de buena condición; el 4º, complicado ; el 5º, noble pero sin entrega; y el 6º, pronto y con fijeza. Media entrada.
Diego Urdiales, de verde oliva y oro. Estocada casi entera (saludos). Estocada caída (oreja).
Emilio de Justo, de catafalco y oro. Estocada atravesada (oreja). Estocada (dos orejas).
Juan Ortega, de marfil y azabache. Pinchazo, media, once descabellos (saludos). Media, cuatro descabellos (oreja).