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La guardia y los inquisidores arrestan a una de las brujas que acaban de participar en el Aquelarre celebrado en la plaza de San Bartolomé.

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La guardia y los inquisidores arrestan a una de las brujas que acaban de participar en el Aquelarre celebrado en la plaza de San Bartolomé. Antonio Díaz Uriel

Logroño vuelve a prender las hogueras

La recreación del Auto de fe de 1610, que se completa hoy con actos en el Casco Antiguo, incluyó ayer la representación de un aquelarre y la quema de las brujas de Zugarramurdi

Jonás Sainz

Logroño

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Domingo, 4 de noviembre 2018, 09:25

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Este Auto de la fe es de las cosas más notables que se han visto en muchos años». Han pasado 408 años del tristemente célebre proceso contra las brujas de Zugarramurdi, celebrado en Logroño el 7 y 8 de noviembre de 1610, el mayor juicio inquisitorial contra la brujería en España y -como así lo narraba el impresor Juan de Mongastón- uno de los acontecimientos más trascendentes en la historia de la ciudad. Durante un tiempo la capital riojana se enorgulleció de aquel vil acontecimiento que en nuestros días solo puede mover a la vergüenza y a la reflexión.

Hoy, además, mueve a la fiesta. Lo primero, el oprobio, ya fue reparado al menos simbólicamente en 2010, al cumplirse el cuarto centenario, con sendos actos de hermanamiento con la pequeña localidad navarra. Lo segundo, el análisis histórico, también se acometió hace ocho años con jornadas de conferencias, debates y publicaciones eruditas. Ahora se estila lo tercero: el festejo popular a base de recreaciones teatralizadas, mercadillos de época, espectáculos callejeros y, como plato fuerte, una quema de brujas como reclamo turístico para propios y extraños.

Once hogueras en la noche logroñesa

El Auto de fe de Logroño de 1610 culminó con la quema de once personas a orillas del Ebro el proceso contra las brujas de Zugarramurdi. Más de medio centenar de habitantes de aquel pueblo navarro y su vecino Urdax habían permanecido entre uno y dos años en las cárceles del Santo Oficio en Logroño, sede del tribunal que dirigían los inquisidores Alonso Becerra y Juan del Valle Alvarado, quienes abonaron la creencia de que el valle fronterizo de Xareta había caído bajo el influjo de una secta satánica que oficiaba aquelarres en las cuevas de la zona.

Tras obtener confesiones bajo tortura, condenaron a la hoguera a los once que se negaron a confesarse brujos; seis de ellos fueron quemados vivos y otros cinco en efigie (una escultura de madera por cada uno de ellos, junto a sus restos mortales): María de Arburu (de 70 años), Graciana Xarra (76), María Baztán de Borda (68), María de Echatute (54), Domingo de Xubildegui (50) y Petri de Juangorena (36), que murieron en la hoguera; además de María de Zozaya (de 80), María de Echalecu (40), Estevanía de Petrisancena (37), Juanes de Echegui (68) y Juanes de Odia (60), que murieron durante el proceso y fueron quemados en efigie.

Después de tal atrocidad, en 1614 la propia Junta Suprema recurrió a un tercer inquisidor, Alonso de Salazar, para promulgar un edicto de perdón y sofocar el humo de aquellas hogueras.

Hoy culmina todo un fin de semana dedicado a representar aquellos sucesos con un amplio programa de variedades en el que toman parte una doscientas personas, incluyendo voluntarios de Logroño y miembros de la compañía Moon Teatro. Los ayuntamientos de Logroño, Zugarramurdi y Bargota, junto con las asociaciones de Vecinos del Centro Histórico logroñés y Pueblos de las Brujas, entre otros, colaboran en esta iniciativa que año a año va haciéndose más popular. La calle Portales y las plazas del Mercado y San Bartolomé, son escenario lúdico de lo que un día fue un verdadero infierno. «Para que la historia no se olvide -afirman los organizadores- y afrontemos el presente conciliador y en paz».

Programa para hoy

  • 12 h.: desfile en el mercado, Grimorium y acto con Zugarramurdi en el Bosque de la Memoria

  • 13 y 13.30 h.: cuentos y magia

  • 14 h.: visita del inquisidor

  • 17 y 17.30 h. visita y pasacalles

  • 18-20 h.: cuentos, talleres, teatro y visita a la exposición de torturas

  • 20.30 y 21.30 h.: los médicos de la peste y espectáculo final de fuego

Entre las actividades, además de los mercados en la calle Portales con cerca de un centenar de puestos, uno de los platos fuertes se celebró en la tarde-noche de ayer junto a la iglesia de San Bartolomé con la representación del aquelarre protagonizado por gentes de Zugarramurdi, tras el cual las asociaciones recreacionistas al mando de los inquisidores persiguieron, detuvieron, juzgaron y ajusticiaron a los acusados. Numeroso público presenció la representación del Auto de fe, que hace cuatrocientos años, cuando Logroño era una ciudad de unos seis mil habitantes, congregó a más de treinta mil personas.

El programa de actividades comenzó el viernes con el mercado, pasacalles de brujas, soldados, músicos y malabaristas, cuentacuentos, espectáculos de magia, teatro de títeres, hechiceros y demás almas errantes.

En la mañana de ayer también hubo desfiles, cuentacuentos, más títeres, más espectáculos de magia y una gincana itinerante de caza de brujas. Ya por la tarde llegaría el aquelarre, el auto de fe y la quema de brujas y brujos.

Los actos culminan hoy en los mismos escenarios de calle con más desfiles de soldados, músicos y cómicos, cuentacuentos, espectáculos de magia, teatro de sombras y un espectáculo de fuego titulado 'La máscara de la muerte roja', basado en el popular cuento de Edgar Allan Poe. Y siempre con el humo de aquellas hogueras flotando en la memoria.

Y así hoy, como entonces relató Mongastón, «tras haber oído tantas y tan grandes maldades, en dos días que duró el Auto, después de gran rato de la noche, nos fuimos todos santiguándonos a las nuestras casas».

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