Haro prepara la subida a San Felices

Hoy es la festividad de San Pedro, día grande en Haro y este año además marcado en rojo en el calendario laboral. Y San Pedro es sinónimo de Batalla del Vino, la fiesta de las fiestas, la celebración de la que los jarreros se sienten muy orgullosos y que llevan muy adentro. Y el día anterior es una jornada de preparativos y también de nerviosismo.

Cada uno en su casa prepara la ropa para subir a la contienda. Desde hace unos años, el blanco y el pañuelo rojo conforman el uniforme para subir a los Riscos de Bilibio y a las campas de San Felices. Ropa a ser posible de algodón para que empape y también seque antes.

Las previsiones del tiempo para hoy indican que de madrugada, el cielo estará despejado y la temperatura rondará los 12 grados. Y de momento parece que la lluvia no hará acto de presencia.

Haga bueno o malo, los jarreros tienen una cita con la romería de San Felices transformada desde hace décadas en Batalla del Vino. Y ayer, además de preparar la ropa, las cuadrillas hacían acopio del vino, cargaban los coches y también protegían con plásticos los asientos para la vuelta.

Otra parte fundamental de la batalla son los almuerzos y ayer la gente hacía cola en las carnicerías y supermercados. Hay muchos que se pasaron la tarde entre cazuelas para preparar los caracoles, el lomo con pimientos y otras tantas viandas. Porque almuerzos hay arriba y también abajo, en Haro. Colocar las mesas en la Herradura y otras calles para almorzar con la cuadrilla es una costumbre que se está recuperando.

Y la previa de la Batalla del Vino incluye también la palabra fiesta. Porque desde la tarde, y después de una buena siesta, los jarreros salen a vivir la víspera en la calle, con la música de las peñas. La Cachondeo, Iturri, Los Veteranos y la recién estrenada Sarmiento participaron ayer en el pasacalles que animó el centro de Haro. Y concedieron el premio al peñista destacado del año a José Antonio García (Toño). Los responsables de las peñas le colocaron el pañuelo de cada una, al cuello. Y después, a disfrutar con las cuadrillas, a cenar y a bailar con la electrocharanga, la verbena y la música de los bares.

La noche habrá dado para mucho y también lo dio el día de ayer en cuanto a actividades se refiere. Los residentes del Hogar Madre de Dios disfrutaron de su Batalla del Vino un día antes y cambiaron el vino por confeti. Y los niños disfrutaron con los toros de cartón piedra y los cabezudos que les llevaron hasta el Mazo.

Los frontones se estrenaron como escenario para los juegos infantiles, una decisión que gustó a la mayoría. Concurso de tortillas con cinco participantes y campeonato de tiro deportivo fueron otras de las actividades.