La Rioja y la India, maridadas en una boda
Religiones unidas en matrimonio ·
Daniela Gurpegui, de Calahorra, y Jaffer Shariff, de Bangalore, se dieron el 'sí quiero' en una ceremonia de tres días que fusionó el rito católico con el musulmánLo suyo no fue ni un flechazo ni un amor a primera vista. Comenzaron a amarse poco a poco, casi sin darse cuenta. Como los ... vinos criados en barrica, que casan todos sus encantos con el paso del tiempo y el mimo del bodeguero. Lo suyo surgió de una buena amistad en un lugar del que solo esperaban formarse y labrarse una carrera profesional. Ella, de Calahorra, hija de un conocido dentista en La Rioja y Navarra. Y él, de Bangalore, en la India, habían coincidido en la Universidad de Columbia, de Nueva York para estudiar periodoncia. Fue allí, entre clases y cirugías, cuando Daniela Gurpegui y Jaffer Shariff supieron que estaban hechos el uno para el otro, pese a pertenecer a culturas distintas.
El pasado fin de semana, y con una celebración organizada para tres días, la pareja se desplazó desde Nueva York a La Rioja, junto a 65 invitados, para darse el 'sí quiero' en una singular boda que conjugó los rituales del matrimonio católico y de la religión musulmana. Como testigos reunieron a familiares y amigos de España, la India, California, Nueva York, Boston, Dubai, Italia y República Dominicana.
Pero antes de llegar a esta especial ceremonia, hay que conocer el principio de lo que podría ser el guión de una película de Hollywood. ¿Cómo comenzó todo? «De Calahorra, a los 13 años me mudé con mis padres a Logroño y de ahí me trasladé a Madrid a estudiar odontología», cuenta Daniela, que quizá por su forma de ser o por el momento vital tan especial que ha vivido no deja de trasmitir alegría en cada palabra. Pero Madrid se le quedó pequeño: «Siguiendo los pasos de mi padre quería ser cirujana. Así que opté por un máster en periodoncia en Estados Unidos».
Al norte de Manhattan se encuentra la Universidad de Columbia, donde Jaffer se cruzó en su camino. «Él era residente de segundo año. Yo llegaba del extranjero y forjamos una amistad increíble», relata. Daniela no escatima en halagos para su ahora marido: «Es que es la persona con el corazón más grande del mundo». Sin embargo, donde ellos veían amistad, el tiempo les demostró que realmente era algo más. «Del roce se hace el cariño», dice entre risas.
En diciembre del 2018 viajaron a La Rioja a conocer a la familia de Daniela. Fue entonces «cuando me pidió la mano». «Nos teníamos que haber casado en junio del 2020, pero la pandemia tenía otros planes...», recuerda sin perder su sonrisa. La semana pasada llegaba el momento en La Rioja. Eligieron tres escenarios; tres bodegas de la DOCaRioja (Viña Ijalba, Eguren Ugarte y Marqués del Riscal) para maridar los rituales católicos y de India. «Intentamos casar las dos religiones lo más posible y mostrar que la unión de cualquier cultura se puede llevar bien», sostiene Daniela.
La henna para empezar
La boda comenzó el jueves en Viña Ijalba (Logroño) con las ceremonias Haldi y Mehendi, que es «como un proceso de embellecimiento para la novia». «Las mujeres de la familia aplican a la novia una especie de masa a base de cúrcuma, agua de rosas y sándalo», y «después, es tradición tatuar a las invitadas con henna», explica. El viernes la pareja se casó por el rito católico en una ceremonia muy íntima, a la que siguió el sábado una boda 'híbrida' en las cuevas de Eguren Ugarte (Laguardia). Ella vestida de blanco, con diseño de Rosa Clará, y Jaffer con «una mezcla del traje tradicional y bordados de la India» se prometieron amor eterno ante un imán y un sacerdote.
El domingo, Marqués del Riscal, con sus sensuales formas curvas, albergaba la fiesta de Walima, que viene a ser el banquete de matrimonio en la segunda parte de la boda islámica. «Digamos que aquí los novios reciben las bendiciones de la familia», precisa Daniela.
Y entre tanto rito, henna, bordados... no faltaron los selfis y los fotógrafos profesionales. Los calagurritanos Tomás Cristóbal y Maite Blanco fueron los elegidos por la pareja para inmortalizar cada momento. «Disfrutar de diferentes culturas, tradiciones y ritos fue muy estimulante. Además, acompañar a Daniela y Jaffer por lugares tan emblemáticos de La Rioja fue un lujo. Nos sentimos afortunados de que apostaran por nosotros», valoran ambos.
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