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El toreo dormido de Diosleguarde y el triunfo de Fonseca
El diestro mexicano corta una oreja a cada uno de sus novillos y sale por la puerta grande en el Arnedo Arena
Regresaban los toros al Arnedo Arena tras casi dos años. Y lo hicieron en el marco del Circuito del Norte de novilladas que ha organizado ... la Fundación Toro de Lidia para impulsar a los jóvenes que empiezan, a esos que Arnedo eleva con su feria del Zapato de Oro, que este año no se celebrará. Isaac Fonseca se llevó la tarde cortando dos orejas, pero el toreo macizo lo puso Manuel Diosleguarde. Su primero tuvo una embestida noble a la que le faltó picante. Lo pulseó suave, acariciándolo. Lo llevó siempre con suma delicadeza, ralentizando la embestida en un viaje largo. Armó la faena por ambos pitones sin prisa, gustándose y mostrando solidez. Por el izquierdo embistió con la cara algo más altita, pero cogió los vuelos tan al paso que la faena adquirió hondura y naturalidad. Cortó una oreja importante.
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Arnedo Arena. Novillos de Los Maños. El 1º, noble, va y viene sin emoción; el 2º, noble, de embestida descompasada; el 3º y el 4º, con profundidad por el derecho; el 5º, flojo y de corto recorrido; y el 6º, humillador pero desigual.
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Manuel Diosleguarde, grana y oro. Estocada (oreja); estocada caída (vuelta al ruedo tras petición).
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Miguel Aguilar, nazareno y oro. Estocada trasera (saludos); dos pinchazos, estocada (saludos).
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Isaac Fonseca, purísima y oro. Estocada (oreja); estocada baja (oreja).
Otra le negó el presidente tras una obra en la que siguió dominando, marcando los tiempos y buscando las distancias y los terrenos. Faena muy torera. Los mejores pasajes llegaron por el pitón diestro, por donde tenía más calidad el animal. Antes lo toreó bonito a la verónica. El novillo era serio y estaba cuajado. Momentos angustiosos se vivieron en el tercio de varas, cuando cogió al monosabio creando el pánico. Le dio una cornada de 5 centímetros en la región inguinal. Diosleguarde siguió templando con series rotundas. Bien estructurada estuvo la faena y extraordinarios fueron los derechazos. Por el izquierdo tenía peores finales el novillo.
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Una oreja le cortó Isaac Fonseca al tercero, el que cuajó por el derecho cuando le exigía por bajo. Tuvo emoción el novillo por ese pitón, al que llevó tapadito para hilar series con empaque. Por el izquierdo tuvo más genio. Al final de la faena le faltó motor y embistió sin entrega. La puerta grande consiguió con otra oreja del sexto, tras una faena que brilló por la torería con la que la cimentó. Tuvo personalidad y eso gustó al son del pasodoble Zapato de Oro.
Miguel Aguilar tuvo el peor lote. Su primero perdió mucho las manos. Tiró de él en series cortas. Tampoco en su segundo pudo lucirse pese al empeño.
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