«La situación del campo se ha convertido ya en un problema de Estado»
Óscar Salazar | Presidente de UAGR ·
El dirigente sindical afirma que la situación no es algo exclusivo del ministerio de Agricultura y Ganadería sino que exige una acción globalÓscar Salazar, presidente de UAGR-COAG, no es optimista de cara al año que acaba de empezar y afirma sin rodeos que «el año 2022 ... va a ser muy complicado para todo nuestro sector» y refuerza su idea explicando que «hace dos años ya comenzamos con unas movilizaciones porque estábamos al límite. Llegó la pandemia y las paralizamos, pero en estos dos años, la situación no ha hecho más que empeorar».
Las quejas del presidente de La Unión van dirigidas a la posición de dominio que ejerce la gran distribución, las grandes empresas y las bodegas dominantes, «incumplen la Ley de la Cadena Alimentaria que aseguraría unos ingresos al agricultor, porque obliga a comprar por encima de los coste de producción». Pero en opinión de este agricultor, «no se cumple, y ahora los costes de producción son absolutamente inasumibles».
Esta situación puede tener consecuencias graves para el consumidor porque «muchos productos agrícolas pueden llegar a escasear si no salen las cuentas. Es el caso de los cereales. Se han disparado los precios de los fertilizantes y eso puede hacer que se reduzcan las cosechas».
Salazar también lamenta el nuevo marco normativo que viene derivado de la nueva PAC, «se ha priorizado la exigencia medioambiental y eso supone un gran coste económico, y no se ha tenido en cuenta el modelo sostenible existente, al final también desde la UE se trabaja en favor de las multinacionales o las grandes bodegas».
Sobre sostenibilidad y conservación del medioambiente, Salazar aclara que no hay nadie que esté más interesado en conservar el medioambiente que los ganaderos y agricultores, «pero ahora se nos acusa de querer destruirla. Siempre hemos convivido con la fauna y la flora silvestre... incluido el lobo, contra el que siempre se han tomado precauciones, pero ahora ya no se puede hacer nada porque incluso está en una lista de especies protegidas, cuando no está en peligro de extinción», denuncia.
Posicionamiento claro
Salazar pide al gobierno que diga claramente –y obre en consecuencia– si quiere o no, defender el campo: «Esto es ya un problema de Estado y no una cosa de un único ministerio. Estamos viendo que muchas hectáreas agrarias se están dedicando a otros usos, como las energías renovables o cómo mientras a nosotros se nos elevan las exigencias con el tratamiento que aplicamos a nuestro campo, llegan productos de fuera, que son mucho más baratos porque ni se ha controlado su producción ni se sabe nada de la mano de obra. ¿Por qué no se exige una trazabilidad? Así no podemos competir. Es hora de que el presidente del gobierno tome las riendas y haya una acción global».
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