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Rajoy durante la segunda sesión del debate.
El Gobierno cede y convertirá las reválidas en unas pruebas sin ningún valor

El Gobierno cede y convertirá las reválidas en unas pruebas sin ningún valor

Rajoy, tras una contundente huelga en colegios e institutos que exigió su derogación, anuncia que no habrá que aprobarlas para lograr los títulos de ESO y Bachillerato

Alfonso Torices

Jueves, 27 de octubre 2016, 10:41

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Mariano Rajoy, que a partir del próximo sábado será investido de nuevo presidente del Gobierno, anunció hoy que su Ejecutivo cederá a las presiones de la oposición y de la comunidad educativa, que ayer protagonizó una contundente jornada de huelga, y que las reválidas de cuarto de la ESO y Bachiller que implantará este curso carecerán de todo valor académico durante todo el tiempo que sea necesario para tratar de cerrar un pacto nacional por la educación. Vamos, que descafeína completamente las pruebas, y de paso la Lomce, y convierte su implantación en este curso en papel mojado.

En otras palabras, las apodadas por sus detractores como reválidas, en recuerdo de las pruebas de titulación del sistema educativo del post-franquismo, dejarán de ser en realidad reválidas para convertirse, no solo este curso sino por el momento de manera indefinida, en unos simples exámenes de evaluación del grado de conocimientos de los alumnos al final de cada etapa educativa, sin relevancia práctica ni valor académico alguno.

Se trata de una enmienda a la totalidad a uno de los puntos más discutidos de su propia Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce), que fue impuesta por el PP en 2013 al resto de fuerzas parlamentarias gracias a su entonces mayoría absoluta, que establecía que los alumnos del último curso de la ESO y de Bachiller, a partir de junio de 2017, no podrían obtener los respectivos títulos mientras no superasen estos nuevos exámenes externos.

Según lo anticipado hoy por Rajoy en el Congreso, este curso y los siguientes, al final, no va cambiar prácticamente nada para los alumnos afectados. Todos los estudiantes de cuarto de la ESO y de segundo de Bachillerato lograrán titularse en estos niveles educativos simplemente con tener todas las asignaturas aprobadas, como ocurría hasta ahora, con independencia del resultado que obtengan en las nuevas pruebas externas.

La reválida de Bachillerato solo tendrá trascendencia para los alumnos que pretendan estudiar en la Universidad, pues será la prueba que sustituya este curso a la tradicional selectividad y la que junto con los resultados obtenidos en la etapa educativa fijará la nota de acceso a las facultades y escuelas superiores. Esa nota, como hasta ahora con la selectividad, saldrá del 60% de la nota media de Bachillerato y del 40% de la nota media de la reválida y servirá para entrar en cualquier distrito universitario del país. Como ya lleva días anticipando el ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, la nueva prueba de acceso a la Universidad será prácticamente idéntica a la selectividad, pero adapta al nuevo currículo de la Lomce.

El anuncio realizado por Rajoy confirma las palabras de la diputada de Ciudadanos Marta Martín, que la semana pasada ya adelantó que su partido, que respaldará al PP en la investidura, tenía un pacto verbal con Méndez de Vigo para decretar una moratoria y dejar las reválidas sin valor académico sine die, así como para recuperar la selectividad (adaptada a la Lomce) como método para el acceso a la Universidad.

Era la forma, indicó, de que el Gobierno pudiese paralizar la aplicación del calendario final de la Lomce, lo que permitiría abrir con todos los partidos y la comunidad educativa un proceso para la consecución de un pacto nacional por la educación, que tendría que dar a luz una nueva norma consensuada, sin tener que hacer una derogación efectiva de la ley que impusieron hace tres años, que les supone un coste político que los populares no quieren asumir.

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