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Paco López lanza a puerta./ DÍAZ URIEL
Demasiado para arreglarlo
Balonmano

Demasiado para arreglarlo

El Naturhouse comete demasiados errores y se queda a un paso de la remontada

PABLO ALVAREZ

Domingo, 27 de septiembre 2009, 12:54

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El Naturhouse cayó ayer ante el CAI Aragón. Es un resultado posible. E incluso probable, viendo lo que hay en un banquillo y en el otro, y viendo la cuenta corriente de uno y otro club. Pero algo hace que la derrota sea algo más dolorosa: la sensación de que, más que ganar el CAI, perdió el Naturhouse.

Será una sensación injusta. La camiseta naranja tiene dentro gente que hace muy difícil el honrado propósito de vencerla. Gente, por ejemplo, como Stankovic o Larsson, capaces de solventar pasivos en ciernes con espléndidos goles desde muy lejos. Además, este CAI juega con un compromiso que le faltaba el año pasado. Un rival duro.

Pero el Naturhouse, con menos nombre, puede ganarle a este CAI. Lo demostró durante el inicio de la primera parte y durante el final de la segunda. Ahí pudo jugar más, marcar más, defender más. Y pudo haber ganado. Pero en los minutos intermedios entre bonanza y bonanza, hizo muchas cosas mal. Demasiadas como para luego arreglarlo.

Al fallo

El partido, queda dicho, empezó bien, con buena defensa y un ataque liderado por Alfredo Sorrentino, que hizo en ese rato su mejor aparición desde que está en Logroño.

El Naturhouse, así, fue ampliando hueco poco a poco hasta los alrededores del minuto 16. Ahí todo se le puso aún más de cara: el CAI sufrió tres exclusiones seguidas (aparentemente justas) y estuvo en dos ocasiones seguidas con doble inferioridad.

Entonces, como si de una maldición bíblica se tratase, el Naturhouse cedió. Este equipo empieza a estar obsesionado con las superioridades, un talón de aquiles que se está convirtiendo en una enfermedad de tanto repetirse. Así, el CAI pudo anotar en dos ocasiones con cuatro jugadores de pista para la desesperación de los riojanos. Y en ataque, la prisa es siempre mala consejera: el pobre Unai Arrieta tuvo el momento tonto del año. Marcó el 14-10, pero luego Malumbres le paró un tiro, luego un penalti, luego le anularon un gol por haber pisado, luego tiró otra al palo. Vaya noche. No fue el único, porque Tioumentsev cometió una falta en ataque (y eso que ayer estuvo mejor que otros días), porque hubo pérdidas, malas decisiones, malas defensas.

Fueron unos minutos de apagón total, que duraron también en el inicio de la segunda mitad, y que el CAI aprovechó como hacen los grandes equipos. O sea, haciendo sangre: el parcial total fue de 2-12.

Porque, mientras, el Palacio estaba a otra cosa. Un error de la mesa y su posterior rectificación (sin explicación) hizo que el público estuviera a otro asunto, mientras su equipo parecía desencajarse aún más. Pasaban los minutos y la cosa era peor. El CAI estaba a cinco, a seis, a siete. Defendía realmente bien, y encima tenía a Malumbres en la portería, parando 5 de los primeros 9 balones que le llegaron. Luego tuvo un feo gesto que el público le reprochó con insultos durante el resto del partido.

Puede que esa reacción de cabreo del público espoleara a los suyos, o puede que, sencillamente, no se puedan estar haciendo las cosas mal eternamente. El caso es que el Naturhouse recordó que sabe jugar a balonmano, y poco a poco fue limando. Desde el 20-27 llegó un 5-0 de parcial (minuto 49) y el partido se igualó. Los riojanos estuvieron uno abajo en varias ocasiones, incluyendo el último minuto. Pero el CAI aprovechó una última posesión con un pasivo enooormemente comprensivo, y ganó. Posiblemente justo: el Naturhouse había fallado demasiado.

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