Se puede aspirar
El Naturhouse se apunta a la lucha europea tras vencer a Octavio
PABLO ÁLVAREZ
Domingo, 1 de marzo 2009, 12:07
El partido fue realmente bonito. Octavio y Naturhouse están en esa zona media-alta de la liga con merecimiento. Son dos equipos que han aprendido el arte de aprovechar lo que tienen hasta el final, intentando siempre llevar el partido a ese terreno en el que tienen ventaja.
Ésa fue la pelea del partido: el Octavio jugaba al control, a que su defensa tuviera tiempo para asentarse, a poder hacer un par de cambios en ataque para, una vez allí, empezar a hacer esos cruces endiablados que son en sí un espectáculo.
El Naturhouse, por contra, jugaba a todo lo contrario: a pisar el acelerador, a salir corriendo ya lloviera o nevara. Que se perdía por tres: a correr. Que se ganaba por tres: a correr más. Sin cambios, para dejar a Octavio con la lengua fuera y sin tiempo a asentar su defensa.
Un tiempo de cada
En la primera parte la cosa estaba en tablas, aunque todo parecía indicar que Octavio tenía más cartas. Nicola Prce hacía gol tras gol (5 de 6 en este periodo) mientras el Naturhouse, cuando no conseguía llegar corriendo, tenía grandísimos problemas para sacar algo de sus ataques.
Los riojanos sacaron provecho de dos exclusiones -rigurosas- mediado el periodo para lanzar tres contras de Aguirrezabalaga y coger algo de aire (12-10). Pero ahí llegó el mejor Octavio, para hacer un 1-6 apoyado en un sideral Javi Díaz, que paró 5 de los 6 balones que le llegaron en ese rato. Al descanso, 13-16.
Pero, aunque el Octavio no lo sabía, esa lucha de estilos se había acabado. Porque en la segunda parte sólo hubo un ganador: el Naturhouse. Los franjivino empezaron con un 7-1 protagonizado por los menos esperados: Isaías Guardiola (superando de nuevo a un Jon Belaustegi que sigue fuera de sí) y Luba Pavlovic, que sólo salió a jugar en la segunda mitad, cuando su banda era la más cercana al banquillo. Todo sea por la velocidad.
Ese 20-17 del minuto 6 iba a ser insalvable para Octavio. Porque la clave estaba atrás: la defensa del Naturhouse, anticipativa e inteligente, acabó con la sangría de los cruces gallegos. Y porque detrás de esa defensa estaba Armand Torego. En los últimos 22 minutos del partido, el catalán paró 11 de los 16 balones que le llegaron. Así es muy difícil ganar, debió pensar Octavio.
Al final, el Naturhouse consiguió hasta igualar el gol-average particular con Octavio. Ahora los riojanos aspiran a todo: se han ganado ese derecho.