Nájera. El monasterio de Santa María la Real, uno de los sitios favoritos de los turistas que visitan La Rioja. Justo Rodriguez

La belleza interior

La apelación a los viajeros españoles puede jugar a favor de La Rioja, un destino mucho más conocido dentro que fuera del país

Pío García

Logroño

Jueves, 28 de mayo 2020

El coronavirus ha dejado la temporada turística temblando. Los países cuyos ingresos dependen en buena medida de las vacaciones (España, Francia, Italia, Grecia) intentan recuperarse a toda marcha mientras ensayan una estrategia contradictoria: por un lado exhortan a sus nacionales a no cruzar fronteras este año; y por el otro tratan de atraer como sea al viajero internacional, que de repente se ha convertido en una especie singular de ave migratoria, de incierto vuelo y dudosas costumbres.

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Hay regiones españolas que viven casi exclusivamente del turismo (Canarias, Baleares) y otras para las que supone un elevadísimo porcentaje de su PIB (Andalucía, Cataluña, Comunidad Valenciana). Ante la previsible hecatombe del mercado exterior, todas ellas se han fijado en el viajero nacional, cuyos oídos tratan de acariciar con mensajes entre amorosos y patrióticos. Incluso la Generalitat catalana ha decidido aparcar su beligerante retórica de lazo amarillo para proclamar a los cuatro vientos «la felicidad de estar unidos».

La Rioja, al menos, no tiene la necesidad de cambiar de discurso para cortejar al turista español. Según los datos del INE, que recogen las pernoctaciones hoteleras y extrahoteleras, en el año 2019 la comunidad autónoma recibió 808.266 viajeros, de los que 651.591 residían en España (el 80,7%). Estos datos coinciden con los del portal de alquileres Airbnb, cuyo último informe –hecho público ayer– subraya que el 76% de los usuarios que se alojaron en La Rioja procedían de territorio español. Airbnb señala sus cinco destinos preferidos: Logroño, Haro, Ezcaray, Lardero y Santo Domnigo. El mismo informe apunta que el pasado 24 de mayo, fecha en la que Madrid y Barcelona entraron en fase 1, las búsquedas en su página para estancias largas en la comunidad autónoma crecieron el 233% con respecto al mismo día del año pasado.

Escudriñando los datos del INE correspondientes al verano del 2019, se descubre que La Rioja resulta una región especialmente atractiva para los turistas catalanes, madrileños y vascos, por este orden. El peso de Cataluña fue muy significativo, especialmente en el mes de agosto, cuando tres de cada diez viajeros que se animaron a conocer La Rioja llegaron de aquella comunidad autónoma.

Haro fue la segunda localidad riojana más solicitada por los usuarios del portal de alquileres Airbnb. El turismo enológico (en la fotografía, el barrio de La Estación) sigue siendo el principal reclamo de La Rioja. Óscar San Juan

Tampoco sorprenderá al lector saber que las preferencias de los viajeros oscilan entre la gastronomía (con el punto irrenunciable de la visita a una bodega) y los monumentos. En el portal de viajes TripAdvisor, el lugar que más comentarios recibe es la calle Laurel, que se sitúa en el tercer lugar en el ranking de sitios favoritos, por debajo de la bodega Conde de los Andes y del monasterio de Santa María la Real de Nájera, que alcanzan una puntuación mayor, aunque con muchísimas menos opiniones. De la lectura de los más de 3.000 comentarios –casi todos entusiastas– se desprende que La Laurel ha conseguido hacerse marca en España, así que ahora el reto será devolverle la vida lo antes posible o encontrar alternativas que puedan satisfacer al turista que llega con esa idea en la cabeza.

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