«El sexo se ha convertido en un objeto más de consumo»
«El uso popular de los juguetes sexuales es una de las mayores revoluciones del siglo XXI»
La sexóloga y psicóloga Magali Croset-Calisto indaga en ensayos como 'No sex. Pequeño tratado de asexualidad y abstinencia' (editorial Carpenoctem) o 'Las revoluciones del ... orgasmo' la sexualidad contemporánea, aunque tal vez desde el siglo XVIII sólo haya cambiado la forma de nombrar las relaciones y los fetiches. En su último libro, esta francesa, doctora en Literatura, aborda la cuestión de la asexualidad y sus aristas. «Asexualidad y abstinencia no tienen la misma definición ni representan lo mismo», asegura. «La asexualidad es una orientación sexual, al igual que la heterosexualidad, la homosexualidad, la bisexualidad o la pansexualidad, entre otras. Una persona asexual no siente deseo por nadie, mientras que la abstinencia es una práctica, sea elegida o impuesta».
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–¿Cuáles son los matices más importantes del 'universo asexual'?
–Están los modos 'romántico' y 'arromántico'. Hay personas asexuales que pueden enamorarse y otras que no. Unas practican la masturbación, otras no. Una persona asexual no es necesariamente abstinente, y viceversa.
–Usted dice que «las personas que sufren de abstinencia sexual a menudo están deprimidas».
–Están quienes sufren la abstinencia sexual y pueden verse afectadas por ello, y luego están quienes la eligen y, por lo general, no les causa sufrimiento. Para quienes la sufren, puede llevar a un sentimiento de exclusión o incluso aislamiento, ya que la mirada y la presión social son muy fuertes frente al celibato. Formar pareja sigue siendo una norma social profundamente arraigada en el inconsciente colectivo. Así, para las personas que sufren la abstinencia, a menudo es un doble golpe, porque por un lado lo padecen y, por otro, son juzgadas por la sociedad. En cuanto a la depresión en la sexualidad, puede causar una disminución de la libido o incluso una abstinencia no deseada, pero de ninguna manera una asexualidad.
–También dice que la abstinencia puede ayudar a sobrevivir en el mundo actual.
–El sexo se ha convertido en un objeto más de consumo, incluso hasta el vértigo, impulsado por gigantescas industrias pornográficas que han invadido tanto los espacios públicos como los mentales. De alguna manera, quienes practican el 'no-sex' están desafiando los códigos de una sexualidad exacerbada.
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–¿Por qué cree que la asexualidad está aumentando entre los jóvenes?
–La asexualidad y la abstinencia cuestionan tanto los tabúes como los valores de nuestra sociedad, y nos llevan a redefinir conceptos como la intimidad, el deseo y el arte de amar. Desde un punto de vista analítico, el principio de placer ha sido reemplazado por el principio de realidad: evitar excesos y priorizar la seguridad ha desplazado el deseo sexual en favor de la autoconservación.
–¿Cuáles son las «nuevas formas de disfrute» que ha identificado?
–El uso popular de los juguetes sexuales es una de las mayores revoluciones sociológicas y sexuales del siglo XXI, junto a la sexualidad 2.0, mediante webcams. Con la sexualidad 'accesorizada', los orgasmos están cada vez más 'desgenitalizados', enfocándose en otras actividades como el 'slow sex', el cibersexo, los 'coregasmos' (orgasmos deportivos) y el placer culinario o intelectual. Estas prácticas están transformando los modos de disfrute sexual.
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–¿Es posible que el compromiso feminista conduzca a nuevas prácticas sexuales?
–El compromiso de muchas mujeres y jóvenes está redefiniendo el amor tal como se practica hoy. Quienes ya no encuentran satisfacción en el sexo estereotipado nos muestran que el amor debe reinventarse. Esto podría lograrse explorando la dimensión lúdica de la sexualidad, que podría ofrecer una promesa de equilibrio y transformación.
–¿Podría ser que algunos jóvenes prefieran la abstinencia para evitar críticas o malentendidos en redes sociales?
–Es posible. Sin embargo, evitar problemas sin abordar las causas no suele resolver nada. La abstinencia elegida puede ser un refugio o una filosofía de vida, pero lo esencial es comprender y respetar a quienes optan por ello.
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