Dos de cada tres españoles consultan a la IA sus problemas de salud
El 25% de los ciudadanos incluso se autodiagnostica con ayuda de la inteligencia artificial como alternativa al médico, el 40% en el caso de los adolescentes
El autodiagnóstico se ha disparado entre los españoles con la popularización de las herramientas de inteligencia digital, que han venido a multiplicar las búsquedas y consultas sobre problemas de salud que ya se realizaban desde hace años en las web, redes sociales o con los influencers.
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Dos de cada tres ciudadanos acuden a la IA y al resto de fuentes de información digitales para consultar sus dudas y problemas de salud, una proporción que aún es mucho mayor entre los jóvenes, que en un elevado porcentaje sustituyen la visita al médico o al psicólogo por las averiguaciones en la red. Son las principales conclusiones del estudio 'Los peligros del autodiagnóstico digital', elaborado por profesionales de la Universidad Camilo José Cela para Línea Directa.
El autodiagnóstico se ha disparado. El móvil o el ordenador son ya un instrumento de consulta de los problemas de salud para el 66% de los españoles, una proporción que llega hasta el 90% entre los adolescentes y los jóvenes y que se reduce con la edad, con un 42% entre los ciudadanos de 65 a 75 años.
Casi un 20% de la población recurre al autodiagnóstico digital con frecuencia o mucha frecuencia y los territorios en los que este hábito es más alto son Cataluña, Región de Murcia, los dos archipiélagos y Madrid, todos por encima del 21% de habituales, frente a Galicia, Castilla y León y Cantabria, que es donde menos ocurre.
Pero no se trata de una mera búsqueda ocasional de información. Uno de cada cuatro españoles utiliza todo tipo de fuentes digitales para tratar de lograr un diagnóstico sobre lo que le pasa antes de ir a visitar a un médico y en algunas ocasiones, sobre todo con dolencias menos graves, incluso como sustituto. Este uso de la IA como primera opción de consulta llega hasta el 42% en el caso de los adolescentes y veinteañeros, mientras que solo el 11% de los mayores de 65 años la usa como alternativa al médico.
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Segunda opinión digital
Buena parte de las consultas médicas a la IA, el 32,5%, se realizan para tratar de tener un diagnóstico aproximado sobre pequeños problemas de salud; para la búsqueda de información sobre enfermedades (28%) y para la exploración de alternativas de tratamiento (20%); pero un tercio de la población ya recurre también a ChatGPT y similares como forma de obtener una segunda opinión médica sobre su problema.
Las razones que se esgrimen para este gran aumento de las consultas sanitarias en la red es su alta disponibilidad e inmediatez, lo que puede vincularse tanto a las listas de espera como a la forma de vida actual, presidida por la urgencia, así como la intimidad y privacidad que permiten y, especialmente entre mujeres y jóvenes, porque les permite no sentirse juzgados.
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La mitad de los pacientes con ansiedad o depresión hacen consultas digitales de síntomas a diario, en lo que ya se tilda como 'cibercondría'
El trabajo deja claro que no todos los españoles tienen el mismo hábito (o abuso) del autodiagnóstico digital y que los usuarios más masivos y frecuentes son quienes padecen trastornos mentales o emocionales. Para muchos de ellos la IA se convierte en un «terapeuta digital». Quienes se sienten mal emocionalmente buscan apoyo en esta tecnología y tratan de aliviar la incertidumbre ante síntomas o preocupaciones de salud. Esta búsqueda de síntomas en la IA provoca, según declaran, más alivio que no hacer nada. Sin embargo, según explican los especialistas, es una sensación falsa de control y responsabilidad, que lo cierto es que agrava su situación y convierte a muchos de ellos en 'cibercondriacos', buscadores compulsivos de síntomas de enfermedad en entornos digitales. El equivalente al hipocondríaco del mundo físico.
La mitad de quienes padecen ansiedad o depresión en España recurre a la IA casi a diario para resolver dudas sobre salud. Este uso intensivo contrasta con el uso mucho menor de pacientes con enfermedades físicas crónicas y graves —como hipertensión (15%), diabetes (13%) e incluso cáncer (3%)—, lo que apunta a que la dependencia de estas herramientas está mucho más ligada a necesidades psicológicas y emocionales que a problemas físicos. De hecho, la 'cibercondría' se alimenta de ese círculo vicioso. A mayor malestar emocional, más búsquedas digitales con IA, que lejos de aliviar lo que hacen es agravar la situación.
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Los autores del trabajo hacen varias recomendaciones para evitar que las consultas sanitarias digitales deriven en un problema de salud. Nunca debe sustituirse la consulta de un profesional sanitario por la IA y solo se debe confiar y llevar a cabo el diagnóstico y tratamiento que haya indicado este médico o psicólogo. De igual forma hay que usar la IA con cuidado, pues tiene sesgos y errores con frecuencia, y alejarse de cualquier uso abusivo o adictivo de esta clase de consultas, que pueden desembocar en cibercondría.
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