Un plan para combatir el aislamiento y reforzar la identidad
G. Elorriaga
Sábado, 12 de julio 2025, 13:00
Los viajes organizados para el colectivo LGTBI pueden ser una excelente herramienta de sociabilización, empoderamiento y bienestar emocional, «siempre que estén bien diseñados, sean diversos ... e inclusivos, y no se conviertan en una burbuja excluyente», puntualiza Antonio Ortega López, miembro del Centro de Psicología Sexual y Terapia de Pareja PsicoLgtb+, radicado en Madrid y especializado en el colectivo. «Como en todo, la clave está en el enfoque. ¿El viaje promueve libertad, inclusión y conexión real… o sólo vende una imagen superficial que acaba excluyendo a la mayoría de la diversidad que forma el colectivo?».
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La disposición de entornos libres de juicio donde mostrarse sin miedo, es una de las ventajas que menciona el psicólogo. Además, alude al sentido de pertenencia y reconoce que «ayuda a combatir el aislamiento, fortalece la identidad y refuerza el sentimiento de comunidad» y ofrece la oportunidad para socializar sin máscaras. «Estos viajes permiten relajarse y conectar desde un lugar más auténtico», sostiene.
No es sólo ocio. «Algunos también incluyen actividades educativas, de historia LGBT, lo que enriquece la experiencia», añade y opina que los beneficios se prolongan más allá de la estancia. «Al fortalecer vínculos y autoestima, pueden contribuir a reducir factores de riesgo asociado a la soledad, la depresión o el consumo problemático».
Pero también hay inconvenientes a tener en cuenta. La guetización involuntaria se encuentra en este apartado. Ortega alude a la posibilidad de reforzar cierta sensación de burbuja o aislamiento del mundo, especialmente si se evita todo contacto con las realidades diversas También cabe la aparición de expectativas irreales. «A veces, se idealiza la experiencia grupal y puede generar frustración en quienes no logran encajar».
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La presión social también está presente y alude a dinámicas de exclusión basadas en la apariencia o el estatus «lo que puede reproducir estereotipos» o, si no hay orientación profesional, la posibilidad de que el viaje se centre en el ocio nocturno y el consumo de sustancias, peligroso para los más vulnerables. Quizás, el mayor problema radique en el precio que, en su opinión, puede dejar fuera a personas trans, no binarias, mayores, racializadas o con diversidad funcional. El especialista advierte que el coste suele ser mayor simplemente por el hecho de estar dirigidas a una comunidad especifica y no necesariamente ese incremento incluye algún tipo de beneficio, simplemente es un extra 'gratuito'.
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