España es uno de los países en los que menos profesores se plantean dejar la profesión
Los docentes exigen medidas para reducir la burocracia, mejorar su formación y la disciplina en clase y acabar con el 31% de interinidad, según la encuesta Talis de la OCDE
España está entre los países en los que menos profesores se plantean abandonar el ejercicio de la profesión en los próximos cinco años. Así lo ... indica el Estudio Internacional de la Enseñanza y del Aprendizaje (Talis), la mayor encuesta sobre el trabajo docente del planeta, que realiza cada cinco años la OCDE. Es un dato muy positivo porque denota satisfacción con el trabajo de los maestros españoles y porque facilitará el relevo generacional en las aulas, donde la media es de 45 años, por lo que no tardará en producirse una avalancha de jubilaciones.
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Las conclusiones de Talis, en las que han participado profesores y directores de 55 países, entre ellos de 1.013 centros españoles de ESO y de primaria, indican que el sistema educativo español tiene notables fortalezas, como la anterior, pero también algunas importantes deficiencias que generan estrés y descontento en un porcentaje elevado de docentes.
La proporción de profesores españoles que tiene intención de abandonar la docencia a medio plazo no es desdeñable. Son uno de cada cinco (19%) en ESO y el 16% en primaria, pero son entre cinco y ocho puntos menos que en el resto de la UE y entre ocho y once puntos menos que la media de la OCDE. Lo más positivo es que, además, el propósito de dejar el ejercicio es mínimo entre los docentes de menos de 30 años (1% en primaria y 4% en secundaria), entre tres y cinco veces menos que las medias internacionales, donde son el grupo de edad con más ganas de dejarlo.
Los factores que más pesan a la hora de decidir abandonar la profesión son las intimidaciones e insultos del alumnado, ser coordinador de bienestar del centro, el sobresfuerzo para mantenerse al día por los excesivos cambios en el currículo, la tensión del trato con los padres y la sobrecarga de trabajo, además de otros más personales como no confiar en su eficacia para impartir clase o el descontento con las condiciones laborales.
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La OCDE, como principales medidas para evitar el abandono docente, aconseja tener salarios competitivos, ofrecer oportunidades de desarrollo profesional, un ambiente de trabajo positivo, medidas para aumentar el reconocimiento social de la profesión y mejorar los programas de apoyo y tutoría en el aterrizaje del docente en el aula.
Entre las fortalezas del sistema educativo español está también que es uno de los que tiene a los profesores más satisfechos con su trabajo en todo el mundo. Así lo dice el 95% de los profesores de ESO y el 97% de los de primaria, entre seis y diez puntos por encima de las medias internacionales. En primaria son los más satisfechos del planeta y en ESO, los cuartos que más. El buen dato se repite en centros urbanos y rurales y en colegios públicos y privados.
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La precariedad laboral alcanza a uno de cada tres docentes en España, doce puntos por encima de los demás territorios
Otras dos buenas características de España, según Talis, son el clima positivo en la mayoría de colegios e institutos y un alto grado de autonomía del profesorado a la hora de dar clase. El 90% de profesores tiene buena relación con el equipo directivo y el 94% con los estudiantes y el 65% de las familias valora positivamente su trabajo y el 67% de los alumnos también. Una última fortaleza es que dos de cada tres docentes se ve capaz de adaptarse a las dificultades que entraña dar clase en aulas con cada vez más alumnos inmigrantes (otros idiomas maternos) y con más estudiantes con necesidades de apoyo educativo, bien por discapacidades bien por retraso educativo vinculado a familias desfavorecidas.
Problemas de disciplina
Pero los profesores también subrayan en Talis una serie de aspectos que van mal en España. El primero es que uno de cada seis docentes dice sufrir mucho estrés en su trabajo (16%). Aunque la cifra está tres puntos por debajo de la media de la OCDE, supone un alza de seis puntos en solo seis años en España, lo que significa un incremento del 60% de los estresados. Quienes más sufren este problema son las profesoras y los maestros jóvenes (seis puntos más ambos).
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Las principales causas del alto estrés son el exceso de trabajo burocrático, el cada vez mayor esfuerzo necesario para mantener la disciplina (el 80% debe intervenir para pedir respeto y atención), las constantes adaptaciones de currículos por cambios legislativos, el aumento de horas para la corrección y la evaluación y la preparación de clases, y el hecho de que en las aulas cada vez haya más cantidad de alumnos con necesidades de apoyo.
60% Estrés
Los maestros con alto estrés han aumentado un 60% en solo seis años, aunque todavía son menos que la media del resto de Estados desarrollados.
La segunda gran queja son los déficits de formación de los docentes españoles en todas las etapas. Los profesores que creen que la calidad de la formación inicial (universitaria) es alta son el 60%, 15 puntos menos que la media de la OCDE. Piensan que cojea en pedagogía y en herramientas para afrontar clases multiculturales y con necesidades de apoyo y fomentar el desarrollo emocional de los alumnos. También están muy por debajo en programas de apoyo y tutoría para la primera incorporación de los titulados a las aulas y en la formación continuada.
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El tercer gran problema es la escandalosa precariedad laboral de los docentes españoles. Solo el 69% tiene contrato indefinido o, lo que es lo mismo, el 31% son interinos sin estabilidad alguna. El porcentaje es nada menos que doce puntos superior a la media de la OCDE y la situación no ha mejorado en los últimos seis años.
La cuarta gran demanda son medidas para prestigiar las profesión, a la que creen que hay que atraer a los mejores. Solo el 16% de los profesores cree que están bien valorados por la sociedad y solo el 10% piensa que los responsables políticos educativos les tienen en cuenta. Para más de la mitad de los que empiezan a dar clase la enseñanza no fue su primera opción de estudios (diez puntos por encima de OCDE).
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Muy críticos con el uso de nuevas tecnologías en el aula
En el actual debate sobre las bondades o riesgos del uso de nuevas tecnologías para el aprendizaje en colegios e institutos los docentes españoles se muestran bastante críticos. Su postura se ubica, de hecho, en la mitad superior más crítica de la lista internacional. Los preocupados son los profesores de ESO.
El 62% creen que móviles, tabletas u ordenadores distraen del aprendizaje, el 60% que limitan la comunicación presencial entre estudiantes y que son negativas para su bienestar, y ocho de cada diez creen que, sobre todo ahora con la inteligencia artificial, favorecen el plagio de contenidos en internet. Los maestros de primaria también son críticos con los riesgos, pero en porcentajes entre diez y veinte puntos más bajos.
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Algo más de un tercio de los profesores españoles (35%) dice usar la IA en su trabajo en el aula. La mayoría para generar actividades y, en menor medida, para resumir temas o para ayudar en la creación de ejercicios vinculados a la vida real. Solo el 22% lo usa para calificar trabajos o evaluar el rendimiento de los alumnos. Las dos terceras partes de los que aún no usan la IA es porque no tiene conocimiento para hacerlo o porque los centros carecen de los medios o la estructura para ello.
Algo más de un tercio de los profesores españoles (35%) dice usar la IA en su trabajo en el aula. La mayoría para generar actividades y, en menor medida, para resumir temas o para ayudar en la creación de ejercicios vinculados a la vida real. Solo el 22% lo usa para calificar trabajos o evaluar el rendimiento de los alumnos.
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Las dos terceras partes de los que aún no usan la IA es porque no tiene conocimiento para hacerlo o porque los centros carecen de los medios o la estructura para ello.
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