Investigación en femenino plural

María Dolores Cima y Mar García son dos de las investigadoras de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) que se integran en el grupo Industria, Energía y Sostenibilidad (InES) que están trabajando en el desarrollo de dispositivos portátiles centrados en el diagnóstico de enfermedades para una detección precoz, más eficiente y barata. Lo hacen dentro de un conjunto de investigadores –de carácter multidisciplinar– donde las mujeres son mayoría y «solo en la parte ingenieril hay más hombres que mujeres».

El Grupo de Investigación Industria, Energía y Sostenibilidad de UNIR reúne a un conjunto de profesionales con interés y capacidad para el desarrollo de actividades investigadoras en Industria 4.0 y sostenibilidad medioambiental en el ámbito industrial y empresarial.

La investigación de estas dos mujeres –junto a buena parte de los que ahora integran el equipo– comenzó ya hace dos décadas atrás, cuando ver a mujeres en el ámbito de la investigación era aún menos frecuente que verlas en la actualidad.

Desde el principio sus estudios se centraron en los sistemas de detección de diagnóstico precoz (ahora tan de moda porque tienen su máximo exponente en el test de antígenos) para dar respuesta a un problema médico y social, porque según explican: «No solo repercute en la salud de las personas sino que también tiene su beneficio económico porque la reducción del tiempo de hospitalización supone un ahorro de costes.», señalan.

Dolores explica que su proyecto está íntimamente ligado al Objetivo de Desarrollo Sostenibile (ODS) número 3 de los marcados por la Organización de la Naciones Unidas; en concreto, el que hace referencia a la Salud y Bienestar. «A través de diferentes trabajos como los que nosotras llevamos a la práctica, hemos conseguido pasar de los antiguos sistemas de diagnóstico con una gran aparatología, muy voluminosa y que consumía muchos recursos hasta los test de antígenos de ahora, que no es otra cosa que una forma de acelerar el diagnóstico», explica Dolores. Mar, por su parte, añade: «Este tipo de diagnósticos rápidos son indispensables en los países más pobres porque son portables y fáciles de manejar. Hemos visto cómo facilitando el acceso a una detección precoz, por ejemplo de la neumonía neumocócica, se ha conseguido reducir la elevada mortalidad que tenía entre los niños, que eran los más vulnerables». Una detección e identificación de cualquier microorganismo permite, según explican estas científicas, «atacarlo de forma concreta y directa, invalidando la resistencia a los antibióticos», y eso también es parte de su trabajo.

Tanto Dolores Cima como Mar García, pese a la utilidad e importancia de sus estudios, reconocen que a ellas –y a la mujer, en general– les resulta mucho más complicado que a los varones poder encontrar la financiación necesaria para sacarlos adelante: «Parece que los hombres tienen currículums mejores, pero eso simplemente se debe al sistema de valoración y a que a las mujeres nos penaliza el hecho de haber abandonado durante un tiempo la labor investigadora para ser madres y cuidar de los niños en sus primeros meses de vida», lamentan. Es una situación común «a cualquier investigador, pero en el caso femenino, si no se quiere renunciar a la maternidad, es inevitable estar fuera de la labor investigadora durante algún tiempo», apunta Mar García.

«Todos los proyectos contemplan un límite temporal. Ahora se pueden prorrogar un año esos plazos, pero ese es un tiempo insuficiente para poder ser madre», explica Dolores y ratifica también Mar. «Una situación parecida ocurre, tanto a hombres como a mujeres, cuando se abandona temporalmente la labor investigadora para trabajar en la empresa privada... no se valora la transversalidad y los conocimientos que puede aportar ese contacto con la realidad empresarial. De la misma forma que a veces a algunos profesionales les falta experiencia académica, a veces a los investigadores les falta la visión que puede otorgar la empresa, y en lugar de ser valorado, es un hándicap».

En cualquier caso, para ambas féminas, la celebración cada 8 de marzo como hoy, del Día de la Mujer es importante, aunque «no se debe quedar en una foto. Debe apoyarse en algo. Tiene que servir para que se vea y se traduzca en algo».

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