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Carl Sagan, en 1994.
Lo que Carl Sagan se ha perdido en las dos últimas décadas

Lo que Carl Sagan se ha perdido en las dos últimas décadas

Se cumplen 20 años del fallecimiento de uno de los astrónomos más conocidos del mundo

Daniel Cabornero

Martes, 20 de diciembre 2016, 21:11

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El 20 de diciembre de 1996 fallecía el estadounidense Carl Edward Sagan, astrónomo y divulgador científico cuya sapiencia se esfumó en Seattle (Estado de Washington) por culpa de una neumonía. Tenía 62 años cuando perdió su larga batalla contra la mielodisplasia, que incluyó tres transplantes de médula y por la que dejó huérfano de inspiración a su habitual lugar de trabajo, el Laboratorio de Estudios Planetarios de la Universidad de Cornell (al norte del Estado de Nueva York).

Calificado múltiples veces como visionario de la astrobiología, fue un comunicador formidable que gracias a su libro Cosmos creó luego una famosa serie televisiva llamada 'Cosmos. Un viaje personal'. Presentada por el propio Carl Sagan en 1980 y ganadora de tres Emmys y de un premio Peabody, dicha serie inspiró a toda una generación de astrofísicos que en pleno siglo XXI recogen y amplían su legado.

Con la carrerilla de hallazgos que se vive en lo referente al universo, Sagan habría gozado como cualquier novato de laboratorio... o como mero espectador de películas de ciencia ficción. Al cumplirse ahora 20 años de su muerte, se puede analizar el camino que las principales autoridades internacionales han seguido desde entonces en el campo de la astronomía:

1995. La revolución de los planetas extrasolares, o simpelmente exoplanetas, empezó poco antes de su fallecimiento pero Sagan estaba inmerso en luchas más terrenales. Seis meses después de haber recibido uno de esos trasplantes de médula en Seattle, los suizos Michel Mayor y Didier Queloz anunciaron la detección de 51 Pegasi b, un planeta que orbita en torno a una estrella de tipo solar a 50 años luz de la Tierra. Ratificado luego por los norteamericanos Geoffrey Marcy y Paul Butler, se inauguró una galopada de revelaciones cuyo apogeo se vivió en mayo de 2016 con la NASA confirmando la existencia de 1.284 exoplanetas para añadir a su lista de más de 600 conocidos hasta ese momento.

1998. El 20 de noviembre de ese año, un cohete ruso Protón colocó en órbita el primer módulo de la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés). Tal módulo, bautizado Zarya, fue diseñado para dotar a la ISS de la energía y propulsión iniciales para poco después unírsele el Nodo 1 (Unity). Otros módulos llegaron más tarde y la primera tripulación permanente se instauró en los albores del segundo milenio; rebrotaba de este modo la tarea de Sagan como asesor para la película '2001: Una odisea del espacio', dirigida por su compatriota Stanley Kubrick y ganadora del premio Óscar a mejores efectos especiales.

2002. En el mes de octubre, un equipo liderado desde el Instituto Max Planck de Física, en Múnich (Alemania), presentó los resultados de su patrullaje durante diez años sobre la estrella S2 que orbita en torno al centro de la Vía Láctea. Sus medidas indicaban que nuestro centro galáctico está ocupado por un agujero negro supermasivo de unos cuatro millones de masas solares. Observaciones posteriores en un amplio rango de longitudes de onda (visibles, infrarrojas, radio, X y gamma) han confirmado este resultado con muchos más detalles. Tras una actualización de este asunto en 2008, ideada por el alemán Reinhard Genzel, se cree que la presencia de estos supermasivos no se ciñe a galaxias extremas, sino que puede ser un fenómeno usual en la mayor parte de las galaxias espirales y elípticas.

2004. A principios de año, la misión Express de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) encontró hielo de agua y de dióxido de carbono en el polo Sur de Marte, y en febrero de 2005 un mar congelado cerca del ecuador. Años más tarde, los vehículos marcianos Spirit, Opportunity y Curiosity han comprobado indicios de agua líquida fluyendo por la superficie del planeta rojo, gracias a la aportación entre otros del Instituto de Tecnología de Georgia (EE.UU.); según han demostrado sus investigadores, se trata de cloratos de magnesio y percloratos de magnesio y sodio, unas sales hidratadas que hacen considerar la circulación del agua cuando la temperatura es más favorable.

2006. La Unión Astronómica Internacional (IAU) acordó retirar a Plutón de la lista de planetas del Sistema Solar, al saberse que tenía 2.300 kilómetros de diámetro (menos masa de lo pensado inicialmente). A esta conclusión llegaron los casi 2.500 participantes en una reunión de la IAU convocada en Praga (República Checa) para consensuar la descripción de planeta. Dos años de intensos debates confluyeron en una definición que descabalgaba a Plutón del mencionado estatus, reduciendo el Sistema Solar de nueve a ocho.

2015. En pleno verano, y tras un viaje de más de 4.800 millones de kilómetros durante nueve años y medio, por primera vez una nave humana alcanzó la última frontera del Sistema Solar. La sonda New Horizons, enviada por la NASA en 2006, rozó Plutón a una distancia de 12.500 kilómetros, y pasando así por el punto más cercano a alcanzarse durante la misión. Alden y Annette Tombaugh, hijos de quien descubrió Plutón en el año 1930 (Clyde Tombaugh), esparcieron simbólicamente las cenizas de su padre por el espacio mientras en el Laboratorio de Física Aplicada Johns Hopkins lo celebraban con fulgor.

2016. Muy cerca del día de San Valentín, el mundo se enamoró más si cabe del físico germanoestadounidense Albert Einstein, al anunciarse la primera detección directa de las ondas gravitacionales que él predijo hace 100 años en su Teoría de la Relatividad General. Los miembros del observatorio estadounidense de interferometría láser (LIGO) pusieron fin a meses de rumores y expectación entre la comunidad investigadora, ante un hallazgo que ha abierto la puerta a redescubrir el universo sin necesidad de la luz. El hito fue doble porque se trataba también de la primera observación de la fusión de un sistema binario de agujeros negros.

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