España es el país europeo en el que más se ha desarrollado el modelo de seguro agrario, tanto por la variedad de riesgos como por ... la producción asegurada. Solo países como Canadá o Estados Unidos tienen sistemas que superan nuestras coberturas.
Desde comienzos de 2021 las indemnizaciones del seguro agrario han aumentado alrededor de un 22% con respecto al mismo periodo de 2020, llegando a alcanzar los 461 millones de euros. Todavía mayor ha sido el incremento de superficie afectada, que con 930.600 hectáreas en toda España, ha repuntado un 70%.
Son daños muy significativos, sobre todo si se comparan con el total de 2020, año en que las primas imputadas alcanzaron los 797 millones de euros con un valor de la producción asegurada de 15.214 millones de euros, las cifras más altas en los 40 años de historia de Agroseguro.
En el caso de La Rioja las frecuentes tormentas acompañadas de pedrisco provocaron graves daños en los viñedos. En concreto, en esta región el número de pólizas suscritas fue de 6.230, asegurando un capital de más de 270 millones de euros.
Pero ni 2020 ni 2021 son años excepcionales y los cuatro últimos ejercicios están entre los cinco con más indemnizaciones abonadas y mayores siniestros de toda la larga historia de Agroseguro. Que el seguro agrario continúe una línea ascendente podría ser una buena noticia, en tanto en cuanto supone un mayor compromiso de los productores con su actividad y dota de mayor estabilidad la sector. Pero puede tener una lectura muy negativa, debido a que su crecimiento va paralelo a un aumento paulatino de los siniestros, lo que es un síntoma de alteraciones climatológicas crecientes y, por tanto, debería reforzar la preocupación medioambiental de la sociedad. Quizás, tendría que ser un indicador medioambiental objetivo a tener en cuenta.
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