Felicidad de Carlos Alcaraz y de Eduardo Mendoza. Un concepto hueco. Parece obligación. Es obsesión. Una industria, según José Antonio Marina. «Como si pudiera convertirse ... en un producto que consumimos a placer». Por un lado, los autoayudantes. Por otro, gente sabia como Alain o Savater. El lunes, Alcaraz volverá a ser número dos. De su paso a semifinales en Roma, tras ganar a Draper, dijo: «He hecho las cosas que me hacen feliz en la pista: ser agresivo, buscar golpes potentes, dejadas, subir a la red…». Formas de ser feliz para Alcaraz.
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Eduardo Mendoza, que es premio Princesa de Asturias de las Letras después del Cervantes dijo, entre otras cosas: «Soy un hombre feliz». El jurado había señalado en su prosa explicativa que Mendoza es «un proveedor de felicidad para los lectores». No está demostrado que la felicidad sea el mejor estado del hombre, pero nos gustaría verla, como en el chiste de Mistetas. También nos gusta verla en los demás.
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