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EL RELATO

Anecdotario ·

Viernes, 13 de diciembre 2019, 08:47

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La Universidad del País Vasco será siempre mi universidad, allí aprendí mucho, disfruté más e hice grandes amigos. A diario convivíamos con pancartas y manifestaciones, ... había profesores que nos daban clase con mensajes colgados al cuello en cartelitos de cartón y teníamos huelgas de estudiantes cada dos por tres. Estabas en clase y se empezaba a sentir un rumor creciente por los pasillos, una cosa molesta como una migraña. 'Gaur greba orokorra!', bramaban los de aquel rebaño. Y tocaban (es un decir) en los vidrios de las aulas para invitarnos a todos a hacer la huelga con ellos. Yo no entendía ese sinsentido. ¿Qué pinta un estudiante haciendo huelga si es quien disfruta el servicio? A mí entonces ya me parecía una estupidez, como si el socio de un gimnasio o de una escuela de baile pagase la cuota mensual y luego se declarase en huelga para cruzarse de brazos y no acudir. Era un ambiente kafkiano que nos dejó incluso un paquete bomba en el ascensor de la facultad, pero a pesar de todo yo recuerdo aquellos años como un tiempo maravilloso.

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