El pin parental... o lo que sea
La plazuela perdida ·
Esa ocurrencia de Vox, que se ha dado en llamar 'pin parental, para que los padres controlen las charlas que se les dan a sus ... hijos en la escuela pública, está dando mucho que hablar y admite varias interpretaciones. Vaya por delante que, después de treinta y cinco años dando clase en institutos de Enseñanza Secundaria y ejerciendo de tutor, raramente encontré padres que preguntasen por las charlas que se les daban a sus hijos, que tampoco eran excesivas.
Parece que a Vox le preocupa que los estudiantes puedan ser adoctrinados en una doctrina que no es la suya, aunque, a decir verdad, en mi larga carrera de profesor, poco adoctrinamiento percibí en la escuela pública, aparte del lógico a quienes elegían clase de Religión. Esta cuestión, la del adoctrinamiento, no nos engañemos, molesta o no molesta según convenga y, además, es una molestia ambidextra, pues inquieta por igual a la derecha y a la izquierda. Veamos, a la derecha que representa Vox supongo que le parece bien el adoctrinamiento de la enseñanza concertada religiosa, que tiene su ideario y unos puntos doctrinarios claros, pero no le parece bien que en la escuela pública se pueda adoctrinar, aunque sea un adoctrinamiento en valores constitucionales: igualdad de derechos, libertad de opción sexual, igualdad de género, etc. A la izquierda gobernante le molesta el pin parental y dice que «los hijos no son de los padres», o sea que viene a decir: «no adoctrinéis a vuestros hijos, quienes no penséis como yo»; y parece arrogarse la función de adoctrinamiento en lo que considera lo correcto, pero no ha dudado en permitir otros tipos de adoctrinamientos -también permitidos por la derecha cuando convenía a sus intereses-, el peor de los cuales, desde mi modesto punto de vista, es el derivado de la cesión de Educación a los nacionalismos; claro que esto solía ser a cambio de algo que necesitaban.
Lo de manejar las ideas, según conviene, es muy propio de la política, aunque sea de la mala política; así, la derecha considera que en la enseñanza concertada está bien el adoctrinamiento, pero no lo quiere en la pública, que es de todos, y con razón; la izquierda, por su parte, considera que, ya que en la enseñanza concertada se adoctrina, supuestamente en contra de sus intereses, la enseñanza pública ha de ser suya y, por lo tanto, ha de controlar el posible adoctrinamiento. Evidentemente, ni izquierdas ni derechas tienen razón, pues, mientras no se demuestre lo contrario y a pesar de lo que diga la ministra, quienes más interés tienen en la buena educación de un muchacho son sus padres, por eso han de ser los principales controladores del posible adoctrinamiento, aunque algunas veces hagan dejación de sus funciones.
Así que aconsejaría a los políticos, tanto de Vox como del Gobierno, que se preocupen por otras cosas y dejen la educación en manos de padres y profesores, que tan mal no lo querrán hacer, además de ser los mayores interesados en que los muchachos reciban una buena educación. Y, cuanto menos interfieran, mejor. Eso sí, júntense de una vez todos los partidos civilizados y consensúen una ley educativa que dure varias décadas, ¡que falta hace! Sería el mayor favor que podrían hacer a la Educación. Y déjense de polémicas con pines parentales y otras ocurrencias.
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