Viernes San Mateo
San Mateo, otra vez un poquito peor
Conciertos en la plaza del Ayuntamiento, uno. Antes había más. Nos venden que ese uno iba a ser de relumbrón, pero con todos los respetos a Mikel Izal, no es para tanto. Zapato Veloz y Los Calis, ay, parece una broma.
Fuegos artificiales, tres. Antes había más. Incluso nos trajeron unos drones un par de años, que molaban. Ya no están.
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Corridas de toros de la ... feria, cuatro. Antes había más. Cierto es que esto es una cosa de un señor privado, que ajusta su oferta a la demanda del público. Pero es otra cosita que va a menos. De los encierros ya ni hablamos, enterrados para siempre.
Casas regionales, cero. Bueno, no: una. La de Andalucía, casi única atracción matea consolidada que se mantiene incólume.
Carpa de las peñas, cero. Pensábamos que no se podía empeorar la gestión que la hizo desaparecer el año pasado, pero se consiguió. Vuelven a tener otro año para intentar no cargarse definitivamente una de las pocas cosas que había mejorado en los últimos años en San Mateo. Me disculparán si no les tengo mucha fe.
Bueno, que ya ven por dónde voy. Los sanmateos se mantienen a lo suyo, que es que la gente salga y se divierta, pero cada año pierden un poquito de pie. El sábado, el del cohete, me dio hasta esperanza: parecía un día de los de antes, con gente por todas partes y ese desagradable pero emotivo olor de los días de fiesta grande.
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Pero por lo demás, lo dicho: un pasito hacia atrás cada año, con una sensación de desgana y de improvisación que quita las ganas de tener esperanza.
Logroño y La Rioja, dicen los datos que pueden leer hoy aquí, un poquito más allá, están disparando su turismo. Unas buenas fiestas en septiembre son un atractivo indudable. A ver si no nos las dejamos morir: cualquiera diría que lo estamos intentando.
Viernes ONU
Mandan los crueles
Se planta Netanyahu ante la ONU con su cara de malo de película, y confirma con su discurso que en realidad es algo mucho peor: un malo de la vida real. O sea, alguien con el poder y la fuerza para ser magnánimo o cruel que elige sin ninguna duda la segunda opción.
Es lo que se lleva. La característica común de los populismos que andan tan de moda es su crueldad. Crueldad con los débiles, claro: extremo uso de los poderes legales, alegales, ilegales y militares para acabar con sus rivales políticos, pero sobre todo para señalar a los que no se pueden defender como culpables de todos los problemas.
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La crueldad del Gobierno de Israel entra desde ya en lo legendario. La de Putin, en fin, no admite parangón. Trump es un fanfarrón que manda a sus tropas detrás de cualquiera con la piel ligeramente marrón. Nuestro Abascal, aspirante, quiere que la Armada bombardee cayucos. Gente de bien, se dicen. Pero solo son crueles.
Viernes Glosas
La guinda que falta
Se va acercando 2026. Capellán se fue la semana pasada a San Millán a contarnos un poco más de cómo será la gran expo que se prepara para el año que viene.
Lo que enseña tiene buena pinta, veremos cosas del monasterio que hasta ahora estaban cerradas. Falta la guinda, ya saben. Normalmente el silencio de unos y otros sobre algo como que si nos van a prestar nuestras glosas sería buena señal, pero a estas alturas uno no sabe qué pensar. Solo que, ya sé que me repito, me gustaría verlas con mis propios ojos al menos una vez.
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