Un día para el orgullo rural
Este miércoles se celebra el Día Universal del Orgullo Rural para recordar que los pueblos y aldeas que se llenan en verano tienen que seguir vivos el resto del año
INMACULADA SÁENZ GONZÁLEZ
Lunes, 14 de noviembre 2022, 22:00
Este miércoles, día 16, reivindicamos, una vez más y algo más fuerte, los derechos de las personas que decidimos vivir en pueblos y aldeas mostrando ... los aspectos positivos de nuestro día a día, defendiendo que en nuestros territorios rurales hay vida y que sentimos orgullo por ello.
Desde esta España Vaciada en la que resistimos, queremos recordar que somos quienes estamos custodiando el medio ambiente del que tanto se habla en cumbres y reuniones, quienes primero sentimos el sol cuando apenas ha amanecido, quienes sabemos lo que duele ver los ríos secos y ansiamos con ganas las próximas lluvias, nevadas y heladas.
Queremos decir bien alto que en nuestros pueblos y aldeas disfrutamos de una vida en libertad para nuestros niños y niñas, que nuestras personas mayores no tienen que estar pendientes de una cita previa para que les atienda nuestro personal sanitario (un lujo de personal), que en los colegios disponemos de una atención y una educación en valores más personalizada que en cualquier otro municipio o en una ciudad, da igual que sea grande o pequeña.
Queremos seguir haciendo visibles nuestros recursos que, a fin de cuentas, son el origen de la vida, de la urbana también
Todavía vivir en el mundo rural nos permite calentarnos y cocinar con leña, aunque haya que ir a cortarla, recogerla, apilarla... Sabemos que, además, con ello estamos ayudando a revitalizar nuestros bosques que, en esta época, están especialmente preciosos, sobre todo los hayedos.
Tenemos un gran orgullo por saber que, a pesar de que se habla mucho de nuestro mundo, seguimos resistiendo los olvidos que se tienen hacia nuestros territorios....
Se olvidan que somos personas a quienes nos preocupa la situación económica y que, más pronto que tarde, hará que tengamos que volver a encender antorchas por nuestras calles por la subida de la luz, que también ha repercutido mucho en nuestros alumbrados públicos, aunque no lo quieran ver quienes van a tener sus calles bien iluminadas, especialmente durante estas próximas semanas.
Se olvidan que no tenemos entidades bancarias cerca y que nos cobran comisiones hasta por hacer las gestiones en nuestras casas, pero son incapaces de poner en marcha mecanismos, normativas o leyes que castiguen a quienes se lucran con el dinero que tenemos que pagar por esas comisiones abusivas.
No se acuerdan de que nuestros niños y niñas tienen que pasar revisiones pediátricas igual que el resto y que para eso podría desplazarse un pediatra a nuestras comarcas, al menos, un par de veces al mes para evitar que pierdan días de colegio en los traslados de las pocas familias que siguen apostando por vivir en el medio rural con sus hijos e hijas por unas carreteras en las que la seguridad es muy mejorable.
Parece que no ven que los pueblos y aldeas que se llenan de gente en verano, en vacaciones y también durante los puentes festivos, tienen que seguir vivos el resto de días de la semana de otros meses y que las coberturas debieran ser las mejores para que más personas se pudieran quedar a vivir en estos territorios a los que, por mucho que digan, no llega la fibra óptica ni las coberturas de telefonía móvil ni tan siquiera las televisiones regionales.
Es una pena que no se den cuenta de lo mucho que se podría ahorrar en prevención de incendios si se atendiera más a las ganaderías, que lo mucho que sufrimos en verano con las olas de calor se podría mejorar en otoño e invierno. Necesitamos más eficacia y más medios para poder seguir limpiando nuestros montes que, además, son el pulmón de nuestra región porque, en La Rioja, las tres cuartas partes somos montaña. Por el contrario, se merman las ayudas y se burocratiza demasiado cualquier trámite. Se han olvidado responder a la petición de que las ejecuciones subsidiarias de edificios en malas condiciones o en estado de ruina sean asumidas por el Gobierno autonómico y que, a su vez, sea quien gestione los temas jurídicos para poder conseguir suelo para la construcción de vivienda pública dirigida a quienes, de verdad, quieran apostar por vivir en nuestros pueblos y aldeas. Las ruinas solo crean problemas y peligro.
Nos duele ver el rico patrimonio de nuestra historia con tantas grietas, y no solo físicas, por eso buscamos una equiparación en su trato con el del mundo urbano.
No queremos ser territorios de sacrificio o de experimentos, queremos ser visibles a quienes todavía no nos ven a pesar que hablan de reto demográfico y de nuevas ruralidades sin conocer la realidad de quienes tenemos que sufrir que las empresas no quieran trabajar para mejorar el futuro de nuestros pueblos y aldeas por lo tarde y mal que llegan las ayudas.
Seguimos sin tener una normativa específica para los pequeños municipios, que se adapte a nuestra realidad y coordine las necesidades de ayudas que, en muchas ocasiones, no podemos pedir por exceso de burocracia y falta de personal.
Y queremos que se acuerden que las administraciones debemos de ser accesibles, incluida la oficina de atención ciudadana que tenemos en esta comarca a la que, tristemente, no se puede acceder en igualdad de condiciones físicas.
Queremos seguir haciendo visibles nuestros recursos que, a fin de cuentas, son el origen de la vida, de la urbana también.
Porque ser pocos y pocas no resta derechos... Hoy, mañana y siempre con orgullo de ser rurales.
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