San Millán, símbolo de unidad, consenso y futuro
«Este espacio único adquiere una nueva dimensión gracias al proyecto Valle de la Lengua, cuyo objetivo esencial es contribuir al despliegue del potencial del español»
CONCHA ANDREU
Domingo, 4 de diciembre 2022, 01:00
La declaración como Patrimonio de la Humanidad de los Monasterios de Yuso y Suso fue un éxito colectivo. Un éxito crucial en la historia de ... una lengua hablada hoy en día por 600 millones de personas en todo el mundo. San Millán es un símbolo de unión y consenso. Lo ha sido siempre y así debe de continuar. Es un legado de La Rioja para el mundo. El mejor ejemplo de lo que somos; una tierra abierta y hospitalaria.
Y es que La Rioja antes de ser, pudo existir, porque su nombre contenía dos referencias universales, el vino y la lengua castellana, que derivó más tarde en española, «por ser la común», como dijera precisamente en San Millán, hace 30 años, Emilio Lázaro Carreter. El nuevo Estatuto de Autonomía, que está tramitándose en las Cortes Generales, recoge estos dos símbolos en el artículo 9 del Título Preliminar como 'Valores esenciales del acervo, histórico y cultural de La Rioja: La lengua española y el Monasterio de San Millán como origen de la lengua'. Y a ello se une nuestra referencia vitivinícola.
El Monasterio de San Millán de la Cogolla fue acogido por el marco institucional como uno de los símbolos de nuestra Comunidad Autónoma. Así, desde hace 40 años, las instituciones y los órganos de gobierno de La Rioja han estado unidos en proclamarlo.
No siempre ha sido fácil, porque ha habido también muchas instituciones académicas, políticas y sociales que desde muchos puntos de España han querido esgrimirse como «cuna», sabiendo, como dicen los lingüistas, la dificultad que tiene la utilización de ese término. Pero lo cierto es que desde el principio hubo una voluntad y una estrategia en La Rioja para convertir y propagar a San Millán como el símbolo del nacimiento del español. Esto ha servido para que, durante los 40 años de autogobierno en nuestra comunidad autónoma, todos los gobiernos de La Rioja y su Parlamento y todos los grupos políticos se emplearan en la tarea que facilitara ese liderazgo. Con mayor o menor acierto y con mayor o menor respaldo, es justo reconocer que se trabajó por ello.
Este camino tuvo una primera recompensa en 1992 en forma de reconocimiento conjunto de la jefatura del Estado, del Gobierno de España y de las Comunidades Autónomas. Ese año se reunieron en el Monasterio de Yuso para homenajear a la lengua los presidentes de todas las comunidades invitados por La Rioja. Este fue un hito importante, por haber sido de los pocos respaldos que ha sido otorgado por la unanimidad del Estado Autonómico. Ese fue el preámbulo para que, a través de una apuesta acertada y hábil, pudiéramos llegar a 1997 con una declaración como Patrimonio de la Humanidad, que confirmaba el valor excepcional y universal de este entorno privilegiado.
Y ahora, 1.000 años después, este espacio único adquiere una nueva dimensión gracias al proyecto Valle de la Lengua, cuyo objetivo esencial es contribuir, desde La Rioja, al despliegue del potencial del español como herramienta de desarrollo territorial en un escenario caracterizado por la digitalización y la globalización. Con este proyecto, mi Gobierno recoge el testigo de una apuesta histórica de la Comunidad para consolidarla y difundirla de forma exponencial.
Para ello, estamos poniendo en marcha actuaciones en el ámbito del aprendizaje, la cultura, el turismo, la ciencia y las oportunidades de negocio, especialmente en la inteligencia artificial. Vamos a conformar un entorno de generación, análisis y desarrollo de contenidos y propuestas en español alrededor de San Millán de la Cogolla y los principales enclaves patrimoniales de La Rioja. El mismo lugar que fue la cuna del español del siglo XI es ahora el escenario donde se escribirá el español del siglo XXI. Eso es ambición de región. Esto es tener un proyecto claro que surge desde La Rioja hacia el mundo. Es, insisto, un símbolo de unidad y de orgullo para la ciudadanía.
El Valle de la Lengua está en el centro del PERTE Nueva Economía de la Lengua. Y aquí, en La Rioja, se ubica el Observatorio Global del Español, que tiene su sede en La Rioja y funcionará como un centro permanente de análisis y estudio de la situación del español en el mundo, que además incidirá de manera especial en el impacto de la lengua en la era digital.
El proyecto Valle de la Lengua supone además una apuesta decidida por desarrollar el potencial del español en el marco de la nueva economía de la lengua basada en la inteligencia artificial, una nueva revolución industrial que marcará el desarrollo social y económico de los territorios. Y en la que La Rioja va a jugar un papel protagonista.
No quiero terminar sin recordar que el Valle de la Lengua también suena. Estos días el programa Voces de la Lengua da sus primeros pasos en Suso y Yuso para conmemorar la declaración de una manera singular y diferencial. Y, desde el próximo año, estas Voces convertirán San Millán de la Cogolla en un gran escenario teatral, musical y poético permanente en torno al español.
Por lo tanto, la conclusión es nítida: seguimos el camino, seguimos la apuesta. Con la celebración de estos 25 años como Patrimonio de la Humanidad debemos renovar el consenso que existe sobre San Millán de la Cogolla. Estoy convencida de que, para fortalecer nuestros símbolos, necesitamos muchos cómplices. Pero, esencialmente, necesitamos la lealtad y el apoyo de todas las fuerzas políticas y sociales para seguir potenciando aquello que nos une, aquello que nos define.
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