Entre visillos

El renacer del ocaso

La imaginación es asombrosa por eso lo vi sin verlo. Era un Júpiter enfurecido blandiendo el rayo y soltando la furia por la Casa Blanca, ... hasta los cuadros históricos temblaban a su paso temiendo terminar en el inframundo del basurero. La mitología nos enseña que los dioses son como niños consentidos que, para lograr lo que desean, son capaces de cualquier argucia o engaño. Trump no consiguió su Nobel de la Paz pero estoy persuadida de que el alto el fuego en Gaza, el llamado Plan de Paz, se ha logrado porque Trump ansiaba tanto ese galardón que ha forzado a su socio Netanyahu a pasar por el aro.

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Tras el recuento, 1.200 asesinados y 251 secuestrados israelíes más los 70.000 muertos gazatíes y toda su tierra destruida, bienvenida sea la paz que ojalá sea duradera. Hay tantos intereses económicos y políticos y tantos fanáticos envalentonados sobrevolando como cuervos sobre las víctimas que es muy probable que se quiebre la esperanza. Gaza es tierra conquistada y la reconstrucción está en manos de Trump, su yerno Jared Kushner y su amigo Steve Witkoff artífices del acuerdo y planificadores del futuro. Un solar vacío frente al mar es un prometedor negocio inmobiliario a la vista. No seamos malpensados, proclaman los optimistas. De momento nuestro Júpiter está pletórico, en Israel fue recibido como un dios y en Egipto con veneración. Los aplausos aplacaron su ego y atenuaron el regusto amargo que le dejó la Academia sueca. Quizá el año que viene.

Que se deje de matar es siempre una buena noticia pero no podemos obviar que la forma en que se ha conseguido que Netanyahu parara su particular holocausto está al margen del derecho internacional. Netanyahu depende de Trump como demostró la Casa Blanca al obligarle a llamar a Qatar para disculparse por haberlos bombardeado. No olvidar que Qatar regaló un avión Boeing 747-8 a Trump. Son sus amigos, sus socios y sus aliados. Se ha prescindido de la ONU y la legalidad internacional en la negociación. La única ley aplicada ha sido la lógica del más fuerte. Sin duda, la vieja Europa y su democracia de los valores, huérfana de liderazgo moral y político, ha hecho un ridículo espantoso. Ante esta cobardía, el viento dominante de estos tiempos pilota en torno a Putin, Xi Jinping y Trump. El Júpiter americano gobierna una democracia pero navega a toda vela hacia el autoritarismo. Todo está patas arriba en este nuevo orden que se está forjando. Como en los cuentos del autor de Drácula, Bram Stoker, al País del Ocaso regresan los malvados gigantes pero sólo los ven los más ancianos que los temen porque los recuerdan de cuando gobernaron los tiempos oscuros. En este renacer del Mundo del Ocaso, el gigante del autoritarismo está a punto de devorar las democracias. No es una distopía imaginaria, es el latido de la realidad.

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