La luz otra vez
LA PLAZUELA PERDIDA ·
Con el precio de la luz no ganamos para disgustos. Ahora le echan la culpa al gas, pero cuando no era el gas era la ... falta de aire para los aerogeneradores, o la falta de sol para las placas solares, o el estiaje de los ríos para la poca producción de energía hidráulica o...; de la energía nuclear no se habla porque se decidió eliminarla. Siempre hay una disculpa para que el precio de la luz no vuelva a estar donde debería.
Hablar de la luz está de moda, con razón, incluso se habla de un posible gran apagón, ¡tiene gracia!, que nos llevaría de vuelta a aquella infancia de cristales helados, braseros de cisco, muchas mantas y cocinas de leña –'la económica' llamaban a la moderna cocina de leña, que tenía horno y un depósito con canilla para calentar el agua–; o a la adolescencia de hornillos de petróleo y estufas butatherm, las catalíticas les decían, que hicieron fortuna y más de un chiste con el anuncio aquel del «calienta, pero no quema». Lo que no hace ninguna gracia es la llegada de la primera factura de la luz, cuando ha acabado el verano y hay que encender la calefacción, y observamos una cantidad escandalosa. En este caso, lo primero que hace uno es revisar la factura y ver con qué precisión nos detallan toda clase de impuestos y el desglose punta, llano, valle, pero solo en aquello que supone pocos euros, como el peaje de transporte de energía, los cargos de energía... en lo que importa, que es el coste de la energía, solo la cifra escandalosa, únicamente esa exagerada cantidad, a palo seco, sin ninguna aclaración sobre el precio del kilovatio.
Tras la inicial indignación, uno llama al teléfono del cliente y si no se harta antes de la maquinita de la voz, consigue informarse del precio del kilovatio en períodos punta, llano y valle, y entonces lo entiende casi todo, aunque se cabrea aún más: de 0,0611... el período punta, hace un año, ha pasado a 0,2806; es decir, el precio de la luz se ha multiplicado casi por cinco. Y en período valle ha pasado de 0,0527 a 0,2488, o sea lo mismo. Y el recurso de la tarifa nocturna, para quienes tienen acumuladores, casi ha pasado a mejor vida, pues el descuento, respecto al período punta, que era del 26,3%, ha pasado al 11,3%. Ya no compensa la calefacción eléctrica.
O sea que con el precio de la luz más de cuatro veces más alto que hace un año, ya saben lo que toca: aprovisionarse de mantas, para leer o ver la televisión, pasar frío, poner la calefacción eléctrica lo menos posible y volver a las bolsas o botellas de agua caliente para calentar la cama, como en los años del hambre; aunque a otros, con buen sueldo y buenas dietas, no les importe demasiado. Además, ¡quién sabe!, a lo mejor acaban a sueldo de las empresas energéticas. Como tantos. ¡País!
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