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El hombre de las moléculas

Dicho sea de paso ·

Domingo, 8 de septiembre 2019, 10:58

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En septiembre es agradable volver a Logroño, recorrer la calle Portales camino de mi trabajo, notar cómo va refrescando y cruzarme cada día con las ... mismas personas que también se dirigen a su labor. Pero, sobre todo, me encanta tomar café con mi amiga Pilar, compartir las cuatro cosillas del verano e intercambiar las fotos del móvil. Yo veo a Antonia, su madre, que está estupenda y parece su gemela y ella comenta el avance asombroso de mi pequeño nieto. Pero no imaginen que mi amiga Pilar y yo nos limitamos a una plácida conversación sobre familia, playa y amigos. Normalmente, en veinte minutos le damos una vuelta a la política local y nacional. Solemos discrepar bastante y, a veces, el café sabe un poquito más amargo pero al día siguiente volvemos a quedar y a estrenar una sonrisa al encontrarnos.

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