Borrar
Urgente Dos de los muertos y tres de los heridos en Sevilla pertenecen al GAR de Logroño

El futuro de Davalillo

JESÚS MARINO PASCUAL. - ARQUITECTO. DIRECTOR DE 'CASTILLOS DE LA RIOJA -BASE DOCUMENTAL PARA SU PLAN DE PROTECCIÓN-'

Sábado, 29 de diciembre 2018, 23:25

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Ante el apasionado debate surgido en San Asensio, y en el que seguramente todas las posturas que miren por el castillo tengan su punto de razón, considero necesario hacer unas reflexiones: el castillo de Davalillo es, sin duda, algo más que una pieza arquitectónica medieval. Es parte inseparable de ese paisaje humanizado por la actividad del hombre que en el valle del Ebro al pie de la Sierra de Cantabria ha dejado impresa en el territorio las huellas de una historia y una cultura relacionada con su geografía (el valle del Ebro), su orografía y su clima, consecuencia directa de una tierra llena de viñedos.

Me atrevo a decir que los riojanos no sabemos distinguir que es más paisaje: los viñedos o el castillo. No podemos entender los unos sin el otro. Con más motivo los vecinos de San Asensio. Sería imperdonable que, ante los anuncios de riesgos evidentes, dejáramos que desapareciera un emblema de nuestras raíces culturales y de nuestras señas de identidad.

Los únicos castillos de La Rioja (superan los 40) que se mantienen fuera de la ruina son aquellos que están en uso: Cuzcurrita, Sajazarra, Torremontalbo y Aguas Mansas en Agoncillo. Todos ellos de accesibilidad cómoda e inmediata y vinculada con la trama urbana. Salvo estas excepciones, Davalillo es el único que mantiene la muralla interior completa, y por tanto, con capacidad de albergar espacios. Pero está situado a 5 Km. del casco urbano y con unos accesos muy exigentes y no al alcance de todas las personas.

Nada mejor para su conservación que su uso, y no es aceptable que una propiedad tan emblemática, a pesar de ser privada, declarada Patrimonio Histórico y Cultural y catalogada no atienda su conservación derivando este Patrimonio en una progresiva ruina. Por todo ello, es responsabilidad de sus propietarios, pero también afecta a San Asensio, a la Comunidad Autónoma de La Rioja, al Estado Español y a la UE, y por tanto la necesaria atención y vigilancia del monumento y del estado de conservación desde todos los poderes públicos, para poder hacer efectiva su pervivencia y disfrute de manera regulada y ordenada, por los ciudadanos.

Vemos las dificultades económicas para afrontar no solo las obras imprescindibles presupuestadas, sino el consiguiente mantenimiento por sus altos costes imposibles para el presupuesto del Ayuntamiento de San Asensio. Ahora parece que surge la posibilidad de llevar adelante no solamente las obras de consolidación sino aquellas necesarias para una puesta en uso del castillo y, en consecuencia, su mantenimiento, por una entidad privada.

En 2010, por encargo del Ayuntamiento de San Asensio, elaboramos un 'Informe sobre el estado actual y evolución de patologías del castillo de Davalillo', con el objetivo municipal de iniciar las acciones necesarias ante la propiedad (privada) que ostenta la titularidad y su obligado deber de conservación.

En ese amplio informe, se sintetizaba el respaldo de la legislación vigente a las Administraciones para exigir a los propietarios el obligado 'deber de conservación' del Patrimonio Cultural Histórico y Artístico al que están obligados. Además, se describía el estado en el que se encontraba en 2010, las patologías que sufría mediante información planimétrica y documentación fotográfica clara y expresiva. El informe se centraba, tal como lo había solicitado el Ayuntamiento, en aquellas patologías que requerían actuaciones de urgencia para garantizar su estabilidad y evitar riesgos ante la ausencia de control de visitantes. En sus conclusiones se decía: «...como consecuencia del abandono, además de la más que probable utilización como cantera, ha desaparecido todo el sistema de remate de los adarves (almenaje, matacanes, etc.) y de la torre del homenaje»; «...las acusadas patologías descritas evidencian riesgos de posibles derrumbes que arrastren la pérdida de estabilidad de la muralla que requiere su inmediata respuesta»; «la ausencia de cohesión de los sillares de coronación, de los muros y torres constituye un riesgo que es imprescindible evitar. Por ello, acometer las obras que se describen y que se cuantifican... es de todo punto necesario para garantizar la estabilidad y seguridad del monumento».

También que: «A la restauración para garantizar la estabilidad, dado el carácter de la fortaleza, la pérdida de base de los contrafuertes, las grietas y pérdida de cohesión de las fábricas en toda la coronación sobre gruesos muros (2 mts.) y dada su gran masa constructiva, conllevan un alto coste material que se multiplica por el alto coste de los imprescindibles medios auxiliares (creación de pista para accesos a grúas y maquinaria a lo alto del cerro en el que se ubica, etc.)».

El informe hacía también una serie de recomendaciones sobre el futuro del castillo una vez consolidado y garantizada su estabilidad. Estas planteaban «un ideal»: ponerlo en uso, como única forma de pervivencia y mantenimiento, mediante un plan de actuación que describía cinco apartados: desde el fundamental estudio arqueológico, pasando por el necesario proyecto arquitectónico para la puesta en uso, visita e interpretación, además de las obras necesarias para adecuación del entorno del cerco y disfrute del paisaje; un itinerario del proceso de recuperación sin duda costoso, insuperable para un Ayuntamiento con el presupuesto de San Asensio, pero a mi juicio deseable, y solo alcanzable con apoyos externos. Era exigible a los actuales propietarios, cuando menos, la consolidación y restauración de las patologías presupuestadas en el informe.

Este año que termina, nuevamente, el Ayuntamiento me solicitó la revisión de las patologías para ver su evolución. La nueva inspección evidenció la progresiva evolución del deterioro y el riesgo acentuado de peligrosos desprendimientos que aconsejaban medidas de precaución. Como primera consecuencia y para evitar riesgos, el Ayuntamiento cerró el acceso al abrupto camino de ascenso al castillo. Así mismo, reinició la demanda a sus propietarios del cumplimiento con los deberes de conservación. Este hecho parece que ha movilizado la posibilidad de acuerdos con los propietarios actuales, siendo conscientes de las dificultades presupuestarias municipales, para asumir la propiedad y la correspondiente responsabilidad. Entre tanto se presenta la posibilidad de que una nueva propiedad privada asuma esta responsabilidad mediante la restauración, readecuación y rehabilitación de la fortaleza.

No soy quién para decir lo que debe hacer San Asensio y su Ayuntamiento, pero sí aclarar que en estos casos de Patrimonio Histórico Artístico es posible aunar los intereses que defienden posturas aparentemente encontradas. Creo que no debiéramos dejar pasar esta oportunidad puesto que con ello, sin duda, todas las partes implicadas, y especialmente San Asensio, salen ganando. Todas las actuaciones que allí se pudieran llevar a cabo siempre estarán sometidas al rigor de los análisis de la Comisión de Patrimonio Histórico de La Rioja y a la correspondiente información pública para poder hacer patentes todas las inquietudes de los ciudadanos.

San Asensio y La Rioja nunca deben perder su emblema y el disfrute de ese entorno, mediante el adecuado convenio que debieran instrumentar el Ayuntamiento y una nueva propiedad. Si las cosas se hacen bien, habremos pasado de tener un patrimonio ruinoso a disfrutar y enorgullecernos de uno de nuestros emblemas, de refrescar nuestra azarosa y rica historia y disfrutar de un paraje que, además de su inigualable belleza, explica por qué somos como somos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios