Me han dicho en el bello Camero Viejo, una de las zonas más bonitas de La Rioja, que no dan crédito. Que su enfado es ... mayúsculo. Que a quién se le ocurre semejante despropósito. Que qué es eso de que cierran las urgencias nocturnas de la zona, las de San Román.
Les he respondido que no únicamente ellos, con su forjada templanza y su vetusta sabiduría, están escandalizados. Y que no solo están indignadas también otras zonas de salud: el Plan de (des)Atención Continuada ha concitado el rechazo prácticamente unánime del sector sanitario y de todo tipo de entidades y colectivos.
Me han dicho las buenas gentes carretera arriba de la LR-250 que en aquella zona hay más profesionales para cuidar de los animales (y significar el dato no supone criticarlo, antes bien, al contrario) que para atender a las personas.
Les he contestado que la propia presidenta Andreu va a «intentar por todos los medios» que «haya un médico donde tenga que haber».
Me han dicho, también, quienes preservan y dan vida a los señoriales Cameros que no quieren volver a oír hablar de La Rioja Vacía/Vaciada, de la brecha territorial, del anclaje en el mundo rural.
Y yo les he dicho... Ay, les he dicho que tienen toda la razón. Y que siempre nos quedará un cartucho de tinta para arremeter contra los dislates.
Aunque quizá logremos mejores resultados si encomendamos directamente nuestra salud a la Virgen de Valvanera. O si le elevamos una plegaria para que San Román sea uno de esos lugares en los que «tenga que haber» médico.
No en vano la Virgen de Valvanera es la patrona de La Rioja... y los Cameros.
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