Editorial

Chile prepara un vuelco

La segunda vuelta de las presidenciales puede sentar en La Moneda al populismo ultraderechista que impulsa la Casa Blanca de Trump

Diario La Rioja

Lunes, 17 de noviembre 2025, 21:53

El triunfo de Jeannette Jara en la primera vuelta de las presidenciales en Chile no solo es amargo para el progresismo que gobernó los últimos ... tres años con Gabriel Boric, sino que puede volverse irrelevante en unas semanas. La candidata comunista y el líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, se medirán de nuevo en la ronda definitiva el 14 de diciembre. La mínima ventaja de Jara el domingo, sus escasas opciones de alianzas y la previsible concentración del voto conservador pueden llevar a Kast al Palacio de La Moneda. Sería el primer ultraderechista en llegar a la presidencia por votación popular.

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La tradición democrática de alternancia en el poder entre conservadores y progresistas afronta un vuelco histórico después de que el 'sorpasso' ultra haya relegado al quinto puesto a la aspirante de la derecha clásica; un revés del que Evelyn Matthei se repuso de inmediato al anticipar su apoyo en segunda vuelta a Kast, y otro tanto prometió el populista Johannes Kaiser. Si sus respectivos seguidores acatan la directriz, el presidenciable extremista se acercaría al 50% de votos dentro de un mes. Sus posibilidades se redondearían si el abanderado de la antipolítica Franco Parisi –la sorpresa, con casi el 20% de los sufragios– introduce en el futuro programa de gobierno consignas como sembrar las fronteras con minas para impedir la entrada de indocumentados.

Las urnas reflejan un país polarizado, también en la votación legislativa, donde ninguna fuerza logra la mayoría absoluta y Parisi será de nuevo determinante. Chile, uno de los países más seguros del continente pero con una preocupación creciente por la delincuencia y la inmigración –asuntos incómodos que la izquierda no acierta a gestionar–, se muestra absolutamente permeable a propuestas que cuestionan la ineficacia de las élites tradicionales. Y está a un paso de alinearse con la corriente global ultrapopulista que emana de la Casa Blanca de Donald Trump y gobierna ya en la vecina Argentina.

La declarada ambición de Washington de reeditar la doctrina del 'patio trasero', con vecinos estables y dispuestos a trasladar su lealtad comercial de China a EE UU, se sirvió de una oportuna inyección financiera para consolidar en el poder a Javier Milei. Y mantiene un enorme despliegue militar en el Caribe para socavar la autocracia de Nicolás Maduro. «Venezuela quiere hablar», presume Trump aunque sin aflojar la amenaza de invasión.

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